jueves, 9 de mayo de 2024

OCTAVA SEMANA. Libertad de Expresión

 


Libertad de Expresión

Los lazos entre los regímenes políticos característicos y los sistemas de medios son innegables. 


Tal como consignaron antaño Siebert, Peterson y Schramm (Four theories of the press, Urbana, University of Illinois Press, 1956, p. 1), “la prensa siempre asume la forma y los matices de las estructuras sociales y políticas dentro de las cuales opera”. El mundo actual y la política son completamente distintos del Mundo bipolar que inspiró Four theories of the press. Y aun así, los estudios sobre sistemas de medios se aferran todavía a las premisas más sobresalientes de esta obra. Mediante la discusión acerca de su influjo normativo de dilatada duración, este artículo busca arrojar luz sobre las frecuentes discrepancias entre las democracias y las formas distintivas y el funcionamiento de los medios. Al mismo tiempo, en el trabajo se propone un marco analítico alternativo que albergue el estudio de las relaciones entre el Estado y los medios: el complejo político-mediático.


La libertad de expresión es esencial en sus propios términos. Es la mejor forma que tiene el ser humano de progresar. Ninguno de nosotros es perfecto y ninguno conoce toda la verdad. Por lo tanto, todos necesitamos participar en el mercado de ideas para encontrar la verdad y desarrollar el mejor camino a seguir.



Sólo el hombre, creación divina de Dios tiene el don de la palabra. Divina herramienta de la civilización que claramente nos separa de las demás especies vivientes del universo. “Y la Palabra se hizo carne, y puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad” (Juan 1,14). La palabra divina es el origen de todo, primero fuimos palabra y luego carne, sin la palabra no somos nada. Es por eso que el Derecho occidental recoge este principio en todas sus legislaciones, la libertad de expresión es esencial para la libertad individual y el desarrollo humano, sin esa libertad la divina la condición humana se pierde completamente.


La democracia mas exitosa en la historia de la humanidad se desarrolla en el continente americano, en el continente nuevo, que nació libre por la gracia de Isabel La Católica. Estados Unidos de Norteamérica desde su fundación recogió este principio divino y lo convirtió en ley escribiéndolo en su única constitución. La primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos fue adoptada el 15 de diciembre de 1791, y está diseñada para proteger la libertad de expresión del ciudadano frente a los abusos del Estado. Su tenor es el siguiente: “El Congreso no promulgará ley alguna por la que adopte una religión de Estado, o que prohíba el libre ejercicio de la misma, o que restrinja la libertad de expresión o de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a solicitar al Gobierno la reparación de agravios”. Los padres fundadores de los EEUU, quizás aterrorizados por la masacre de la Revolución Francesa (1789) y las miles de cabezas cortadas sólo y únicamente por hablar o expresar la religión católica.


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El hombre sin libertad de expresar su opinión, pierde su condición de humano, el don de la palabra es divino, la palabra crea, la palabra libera, la palabra santifica y también maldice, la palabra verdadera nos hace libres. Sin embargo, en el país que se ufana de ser “la tierra de los libres” —the land of the free— desde que empezó la llamada “emergencia sanitaria”, mal llamada para ser exacto, la libertad de expresión ha sido seriamente suprimida, utilizando mecanismos muy innovadores. El estado desde organizaciones federales y otras que reciben fondos del gobierno, se han convertido en la verdad absoluta, toda voz que se atreve a sugerir que los encierros masivos que suprimen los derechos civiles son inservibles e ilegales, es inmediatamente atacado, y de ser posible despedido de su empleo.


Introducción y contexto histórico

La libertad de expresión es un principio fundamental en las sociedades democráticas que garantiza el derecho de los individuos a expresar sus ideas, opiniones y creencias sin temor a represalias por parte del Estado u otros actores poderosos. Este derecho es esencial para el funcionamiento saludable de la democracia y la protección de otros derechos y libertades fundamentales.


En el corazón de la libertad de expresión reside la premisa de que la diversidad de opiniones y perspectivas enriquece el debate público y contribuye a la toma de decisiones informadas. Cuando los ciudadanos tienen la libertad de expresar sus puntos de vista, se fomenta el intercambio de ideas, se cuestionan las normas establecidas y se promueve el progreso social.


La libertad de expresión no solo implica el derecho a hablar, sino también el derecho a escuchar y ser escuchado. En una sociedad democrática, todos los ciudadanos deben tener la oportunidad de participar en el proceso de formación de opiniones y políticas, ya sea a través de la participación directa en debates públicos, la votación en elecciones o el acceso a una variedad de fuentes de información y medios de comunicación.


La importancia de la libertad de expresión en la democracia se refleja en su inclusión en documentos fundamentales como la Declaración Universal de Derechos Humanos y en las constituciones de numerosos países democráticos. Es reconocida como un derecho fundamental que protege la dignidad humana, promueve la rendición de cuentas de los líderes políticos y fortalece la participación ciudadana en la vida pública.


Sin embargo, la libertad de expresión no es absoluta y puede estar sujeta a ciertas restricciones en casos de incitación al odio, difamación, violación de la privacidad u otras formas de discurso que pongan en peligro la seguridad o los derechos de los demás. Es importante encontrar un equilibrio entre la protección de la libertad de expresión y la salvaguarda de otros valores democráticos, como la igualdad y la tolerancia.


La libertad de expresión es un pilar fundamental de la democracia que garantiza el derecho de los individuos a expresarse libremente y participar en la vida pública. Su protección y promoción son esenciales para el mantenimiento de sociedades libres, abiertas y justas.


La libertad de expresión ha sido un concepto fundamental a lo largo de la historia de la humanidad, aunque su alcance y aplicación han variado considerablemente a lo largo del tiempo y en diferentes culturas. Desde la antigüedad hasta la era moderna, la lucha por la libertad de expresión ha sido una constante en la búsqueda de sociedades más libres y democráticas.


**Antigüedad:**

En la antigüedad, la libertad de expresión estaba estrechamente vinculada al concepto de democracia directa, como se practicaba en la antigua Atenas. En la democracia ateniense, los ciudadanos tenían el derecho y la responsabilidad de participar en debates públicos y votar en la Asamblea, donde podían expresar sus opiniones y defender sus intereses. Sin embargo, este derecho estaba limitado a los ciudadanos varones y excluía a mujeres, esclavos y extranjeros.

Sara Nuñez de Prado

La ciudadanía y la difusión cultural

La política fue en las sociedad antiguas una actividad eminentemente comunicativa.

Ciudadano sujeto político activo: esa actividad intelectual se materializaría en la selección de asuntos de interés público a resolver. 


Se supone que se trasciende el interés individual.


¿Que repercusiones tiene esto en terreno comunicativo? La sola definición de agenda política supone dar un paso muy importante en la definición de OP. Según Luhmann, la OP es el haz de luz que ilumina la escena en aquellas partes que merecen ser más destacadas. Esto supone trascender el interés privado. En estos momentos en Atenas no hablamos de una democracia representativa sino asamblearia. Los que están en la Asamblea se sienten los elegidos de velar por los intereses de la ciudad Estado, consagrando así el sistema que los privilegia. 


En las ciudades-estado griegas (aunque no en todas), saber leer, escribir y contar era lo ordinario, entre los ciudadanos libres. Hemos dicho ciudadanos libres, y esta terminología deber ser explicada y situada en sus coordenadas.

En Esparta, por ejemplo, la difusión de la alfabetización, como existencia de tales ciudadanos libres, era absolutamente minoritaria. Esparta era una ciudad–estado situada a medio camino entre la comunidad primitiva que ha quedado históricamente superada y la sociedad con sentido de la propiedad privada que está alboreando y que ha quedado ya constituida en otras ciudades-estado de la Helade. En Esparta la tierra que el ciudadano recibe del Estado no es ransmitida por herencia al hijo mayor, pero si este no existe, volverá de nuevo a poder del Estado.

Formas, en definitiva, de propaganda.


Pero también aquí la ciudadanía era un privilegio. Y la nobleza ateniense era la encargada de mantener la continuidad de la misma.


El ciudadano, ese sí, era en la concepción de la polis ateniense un animal político. Formar al ciudadano –al hombre de las clases dirigentes- fue el ideal de la educación en Atenas y otras ciudades-estado similares. Los “ocios dignos” imponían nuevas enseñanzas. El Estado, por otra parte cuidaba que el acceso a la enseñanza superior quedase restringida: la entrada al gimnasio estaba vedada para aquellos que no habían cursado estudios en las escuelas y palestras particulares. Sólo eran elegibles para los cargos del Estado los jóvenes que habían pasado por las enseñanzas del gimnasio. La criba estaba servida: el acceso a la alfabetización era más común entre los ciudadanos griegos que el acceso a los cargos públicos.


En el ámbito de la comunicación los cambios antedichos son de un relieve descomunal. 


Roma es la primera cultura en que la información transmitida era importante para el poder. Los antecedentes de la prensa escrita se remontan al “Acta diurna Vrbis”, una hoja de noticias en formato cartel, que, por orden de Julio César, entonces, cónsul, se publicaba diariamente y se colocaba en distintos lugares de acceso público del Foro, bajo el cuidado de los legionarios. Hay registros de actas de noticias aparecidas alrededor del 131 a.C. pero no fue hasta el año 59 a.C. que este boletín informativo con los acontecimientos oficiales se empezara a redactar de forma periódica. 


Inicialmente, el “Acta Diurna” publicaba resultados legales y edictos, pero posteriormente no solo informaba sobre edictos, sino también noticias de sociedad como bodas, nacimientos, muertes legales, sucesos y rumores de interés popular. También aparecían algunos avisos publicitarios, como, por ejemplo, ventas de grandes lotes de esclavos.


Las "Actae" se diferenciaban de los "Annales" (que se interrumpieron en 133 a.C.) en que en éstos últimos sólo se registraban los asuntos mayores y más importantes, mientras que en las Acta se registraban los hechos ocurridos de menor importancia. Su publicación continuó hasta la transferencia de la sede del imperio a Constantinopla. Hoy día, no queda ningún fragmento original.


Era realizada por los “Diurnaii”, que serían el equivalente a los protoperiodistas actuales. Para evitar falsificaciones o alteraciones eran realizadas en metal o piedra, desafortunadamente ninguna acta sobrevivió el paso del tiempo, pero se conservan copias en papiro realizadas por escribas.


En sus principios solo se publicaban en Roma, pero después, los particulares realizaron copias manuscritas en papiro, pero también fueron copiadas en serie, todo o parte de estas actas, hasta el punto que se genera un cierto volumen de negocio con el reparto de estas copias por todas las provincias, extendiéndose así por todo el Imperio. Estas copias eran vendidas en establecimientos públicos, aparte de ser colocada en tablones por todas las ciudades.


El éxito del “Acta Diurna” era importante y la información que aparecía, era controlada por el poder, adaptando las noticias a los intereses políticos de sus editores, convirtiéndose así en un gran medio propagandístico del mismo poder. Bajo el mandato de Julio César también se hizo público el “Acta Senatus”, un boletín privado donde se recogía la información realizada por el Senado. De este modo las noticias del Senado podían ser revisadas por un público en general. 




Edad Media y Renacimiento

Durante la Edad Media, la libertad de expresión estuvo sujeta a la censura y la persecución por parte de la iglesia y los poderes políticos. Sin embargo, el Renacimiento trajo consigo un resurgimiento del interés por la libertad de pensamiento y expresión, especialmente entre los intelectuales y humanistas. Figuras como Galileo Galilei desafiaron las restricciones impuestas por la Iglesia Católica y abogaron por la libertad de investigación y expresión.

Es un hecho manifiesto que la Iglesia ha sido a lo largo de la historia pionera en los medios de comunicación. Los cristianos, desde sus orígenes, acogieron sin reservas los medios presentes en el mundo y culturas griega y judía. En Jerusalén, Antioquía, Roma, Alejandría, Cartago o en cualquier otro lugar. El papiro o el rollo eran el soporte necesario para dejar fijado el contenido de la Buena Noticia del Nazareno. Los medios eran comunes, iguales, para todos, lo importante eran los contenidos nuevos. La verdad nueva del cristianismo supo abrazar sin ambages los distintos géneros de comunicación, siendo éstos parte esencial de la expansión o misión cristiana (Romero Pose, 1999).


 

En pleno siglo II, tiempo en que empieza a fijarse el canon de la Escritura y el Símbolo, ha sido la palabra escrita, el medio con el que se ofrecía la garantía de la objetividad. Era el medio de comunicación, la escritura, la que era capaz de fijar los limites de la arbitrariedad y del subjetivismo frente a los peligros de carácter gnóstico. La escritura, como medio, fue salvaguarda de autenticidad y objetividad. Más aún el medio escrito comenzó a formar parte de la Tradición, que quiere decir iba unido al medio lo que uno entregaba a otro. Tradición, en el sentido más amplio del concepto (entrega de lo recibido), autenticidad y objetividad van ceñidos a los medios con los que la verdad transmitida se entrega.

Muy lejos nos llevaría explicitar el significado del Libro de los libros -la Escritura Santa- como medio de comunicación fundamental en la historia de la humanidad y en la comunidad cristiana. Los primeros cristianos cuidaron el medio porque era portador de un contenido que orientaba la existencia y salvaba.


El monacato es anterior a la Edad Media. Aparece como anacoreta mismo hacia el siglo IV en Egipto, Palestina y así menor . a estos anacoreta solitarios comenzaron a unírsele seguidores que con el tiempo pasado en hacer comunidades más grandes. Cada monasterio contar con su biblioteca. Eran los centros culturales de la época. Órdenes como la de San Benito (benedictino) -exige al monje varias horas de lectura cada día, la regla es de vida es ora et labora


En cada monasterio se producen libros, los scriptoria  adjuntos al monasterio a una iglesia en que los Monje se dedicaban a copiar textos antiguos a un ritmo de una página y media al día en promedio, con unos 30 años de labor haciendo lo mismo, producir libro completo incluyendo el papel y el encuadernado. Servía los monjes y también el préstamo de libros era una lectura en privado, intensidad y no extensiva es decir pocos libros releídos una y otra vez en silencio, es una biblioteca. Se desarrolló la letra minúscula Carolina, se escriben idiomas locales ya no sólo en latín con ilustraciones en colores -miniatura-




Ilustración y Revolución Francesa

La Ilustración fue un período crucial en la promoción de la libertad de expresión como un derecho humano fundamental. Filósofos como John Locke y Voltaire defendieron la libertad de pensamiento y expresión como componentes esenciales de una sociedad libre y racional. La Revolución Francesa, con su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1789, consagró la libertad de expresión como un principio fundamental de la democracia moderna.

Art. 11 de la declaración de derechos del hombre y del ciudadano, agosto 1879.



La Revolución Francesa fue un período de profundos cambios políticos, sociales y culturales en Francia que tuvo lugar entre 1789 y 1799. Durante este tiempo, se llevaron a cabo una serie de importantes hitos legislativos y constitucionales que sentaron las bases para la moderna democracia europea. A continuación, resumo algunos de los más destacados:


La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: Este documento, adoptado en 1789, estableció los principios fundamentales de la Revolución Francesa, incluyendo la igualdad ante la ley, la libertad de expresión y de religión, y la soberanía popular.


La Constitución de 1791: Esta constitución estableció una monarquía constitucional en Francia, limitando los poderes del rey y estableciendo una asamblea legislativa elegida por sufragio censitario.


La Convención Nacional: Esta asamblea, elegida en 1792, declaró la Primera República Francesa y adoptó una nueva constitución en 1793 que establecía un sistema de gobierno republicano y una serie de reformas sociales y económicas.


La Constitución del Año III: Adoptada en 1795, esta constitución estableció un directorio ejecutivo de cinco miembros y un parlamento bicameral.


El Código Civil: También conocido como el Código Napoleónico, este conjunto de leyes civiles y comerciales, adoptado en 1804, tuvo un gran impacto en toda Europa y estableció una serie de principios fundamentales que siguen siendo relevantes en la actualidad.


Estos son solo algunos de los hitos legislativos y constitucionales más destacados de la Revolución Francesa. La Revolución también tuvo un gran impacto en la cultura europea, incluyendo la literatura, el arte y la música, y sentó las bases para la moderna democracia y los derechos humanos en todo el mundo.



La legislación y la constitución adoptadas durante la Revolución Francesa establecieron las bases para la consagración de la libertad de expresión como un derecho humano fundamental en la Europa moderna.


La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, adoptada en 1789, estableció que la libertad de expresión era un derecho natural e inalienable de todo ciudadano, y que ninguna ley podía limitarla. Este principio se reflejó en las constituciones posteriores, como la Constitución de 1791 y la Constitución del Año III, que también reconocieron la libertad de expresión como un derecho fundamental.


Además, durante la Revolución Francesa se produjo una gran explosión de la prensa libre y la literatura política, que permitió la difusión de ideas y opiniones críticas hacia el régimen monárquico y la aristocracia. Esto se vio reflejado en la creación de periódicos, panfletos y otros medios de comunicación que permitieron a la ciudadanía expresarse libremente y criticar el poder establecido.


En resumen, la legislación y la constitución adoptadas durante la Revolución Francesa establecieron las bases para la consagración de la libertad de expresión como un derecho humano fundamental. Además, el surgimiento de la prensa libre y la literatura política durante la Revolución permitió la difusión de ideas y opiniones críticas, sentando las bases para la libertad de prensa y la libertad de expresión en todo el mundo.


Siglo XIX

En el siglo XIX, la lucha por la libertad de expresión se intensificó con la expansión de la prensa libre y el surgimiento del periodismo como una fuerza importante en la esfera pública. La Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, ratificada en 1791, garantizó la libertad de expresión y de prensa como derechos fundamentales de los ciudadanos estadounidenses.


La Primera Enmienda (Enmienda I) a la Constitución de los Estados Unidos prohíbe la creación de cualquier ley con respecto al establecimiento oficial de una religión, que impida su libre práctica, que reduzca la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa, que interfiera con el derecho de reunión pacífica o que prohíba el solicitar una compensación por agravios gubernamentales. Fue adoptada el 15 de diciembre de 1791, como la primera de las diez enmiendas de la Carta de Derechos.


La Carta de Derechos fue propuesta originalmente como una medida para calmar a la oposición antifederalista para la ratificación de la Constitución. Inicialmente, la Primera Enmienda solo se aplicaba a las leyes federales promulgadas por el Congreso de los Estados Unidos, y muchas de sus disposiciones se interpretaban de manera mucho más restrictiva que hoy en día. A partir del caso Gitlow contra Nueva York en 1925, la Corte Suprema comenzó a aplicar la Primera Enmienda a las leyes estatales; un proceso conocido como incorporación; mediante la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.



Siglo XX y XXI

El siglo XX vio avances significativos en la protección de la libertad de expresión a nivel internacional, con la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos por las Naciones Unidas en 1948. Sin embargo, también fue testigo de graves violaciones de la libertad de expresión durante regímenes totalitarios y autoritarios. En el siglo XXI, la expansión de internet y las redes sociales ha planteado nuevos desafíos y oportunidades para la libertad de expresión, con debates sobre la regulación de la información en línea y la lucha contra la desinformación y el discurso de odio.

La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es un documento histórico que establece los principios básicos de los derechos humanos fundamentales que deben ser protegidos en todo el mundo. En cuanto a la libertad de expresión, la DUDH garantiza este derecho en varios de sus artículos:


Artículo 19: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."


Este artículo es uno de los pilares fundamentales de la libertad de expresión a nivel internacional. Establece el derecho de todas las personas a expresar sus opiniones y buscar, recibir y difundir información y ideas a través de cualquier medio, sin importar las fronteras nacionales. Además, protege a los individuos de ser perseguidos o censurados debido a sus opiniones.


La inclusión de la libertad de expresión en la Declaración Universal de Derechos Humanos refleja el reconocimiento de la importancia fundamental de este derecho para el funcionamiento de una sociedad libre y democrática. Reconoce que la libre expresión es esencial para el intercambio de ideas, el debate público y la participación ciudadana en la toma de decisiones.


Además del artículo 19, otros artículos de la DUDH también están relacionados con la libertad de expresión, como el artículo 21 que garantiza el derecho de participación en el gobierno de su país y el artículo 27 que establece el derecho de toda persona a participar libremente en la vida cultural de la comunidad.


En resumen, la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 reconoce y protege la libertad de expresión como un derecho humano fundamental. Este documento histórico establece que todas las personas tienen derecho a expresar sus opiniones, buscar, recibir y difundir información, y participar en la vida cultural y política de su comunidad sin temor a represalias o censura. La evolución de la libertad de expresión a lo largo de la historia refleja la lucha continua por los derechos humanos fundamentales y la búsqueda de sociedades más libres, justas y democráticas. Hitos importantes como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos han marcado momentos clave en este proceso, aunque la lucha por la libertad de expresión continúa en el mundo moderno.


Teorías sobre la libertad de expresión

  - Explorar distintas perspectivas teóricas sobre la libertad de expresión, como la teoría del mercado de ideas, la teoría del pluralismo y la teoría democrática deliberativa.

  - Analizar cómo estas teorías influyen en la forma en que entendemos el papel del periodismo en la sociedad democrática.


Teorías sobre la libertad de expresión


Teoría del mercado de ideas:

La teoría del mercado de ideas, popularizada por el filósofo estadounidense John Stuart Mill en su obra "Sobre la libertad" (1859), sostiene que en un mercado abierto de ideas, la verdad prevalecerá sobre la falsedad a través del debate y la discusión libre. Según esta teoría, la diversidad de opiniones es esencial para el avance del conocimiento y la toma de decisiones informada.

La teoría del mercado de ideas, concebida por John Stuart Mill en su obra "Sobre la libertad", es una de las bases fundamentales para entender la importancia de la libertad de expresión en una sociedad democrática. Esta teoría postula que en un entorno donde todas las ideas pueden expresarse libremente y competir entre sí, la verdad prevalecerá sobre la falsedad a través del proceso de debate y discusión libre.


En esencia, la teoría del mercado de ideas opera bajo la premisa de que la diversidad de opiniones y perspectivas es esencial para el progreso del conocimiento y la toma de decisiones informadas. Mill argumentaba que al exponer las ideas a un escrutinio público, se someten a un proceso de prueba y crítica que permite discernir entre aquellas que son verdaderas y aquellas que son falsas o infundadas.


Esta teoría se basa en la creencia de que ningún individuo o grupo posee el monopolio de la verdad absoluta, y que la verdad misma es un concepto dinámico que evoluciona a través del tiempo y del intercambio de ideas. En un mercado de ideas abierto y competitivo, todas las opiniones tienen la oportunidad de ser expresadas y evaluadas por la comunidad en general, lo que en última instancia conduce a una comprensión más completa y precisa de la realidad.


La importancia de la diversidad de opiniones en el mercado de ideas radica en su capacidad para desafiar las creencias preconcebidas, fomentar el pensamiento crítico y promover la innovación intelectual. Cuando las personas son expuestas a una variedad de perspectivas y argumentos contradictorios, se ven obligadas a cuestionar sus propias convicciones y a considerar nuevas ideas y enfoques.


En el contexto del periodismo, la teoría del mercado de ideas subraya la importancia de la libertad de prensa y el acceso a una amplia gama de fuentes informativas. Los medios de comunicación juegan un papel crucial al proporcionar una plataforma para el intercambio de ideas y la expresión de opiniones diversas, lo que enriquece el debate público y fortalece la democracia.


En resumen, la teoría del mercado de ideas defiende la libertad de expresión como un principio fundamental para el avance del conocimiento y la toma de decisiones informadas en una sociedad democrática. Al fomentar la diversidad de opiniones y el debate abierto, esta teoría contribuye a la formación de una esfera pública vibrante y pluralista donde todas las voces tienen la oportunidad de ser escuchadas y consideradas.


Teoría del pluralismo:

La teoría del pluralismo reconoce la existencia de múltiples voces y perspectivas en la sociedad y defiende la protección de la diversidad de opiniones y la expresión de grupos minoritarios. Surgió como respuesta a las limitaciones percibidas de la teoría del mercado de ideas, que podría favorecer a las voces dominantes en detrimento de las minoritarias. El pluralismo aboga por la inclusión y la representación equitativa en el discurso público.


La teoría del pluralismo es una corriente de pensamiento que reconoce y valora la existencia de una variedad de voces, perspectivas y grupos en la sociedad. Surgió como una respuesta crítica a las limitaciones percibidas de la teoría del mercado de ideas, que podría dejar de lado o minimizar las opiniones de grupos minoritarios o marginados en favor de las voces dominantes o hegemónicas.


En esencia, el pluralismo aboga por la inclusión y la representación equitativa en el discurso público, reconociendo que una sociedad diversa no solo debe permitir, sino también fomentar, la expresión de diferentes puntos de vista, experiencias y identidades. Esto implica garantizar que los grupos minoritarios, que históricamente han sido excluidos o marginados, tengan acceso igualitario a los medios de comunicación y a la esfera pública, y que sus voces sean escuchadas y tenidas en cuenta en el proceso de toma de decisiones.


Una de las críticas principales a la teoría del mercado de ideas es que, en la práctica, puede perpetuar desigualdades y perpetuar el statu quo al dar más visibilidad y credibilidad a las voces y perspectivas de aquellos que ya tienen poder y recursos. Por ejemplo, los medios de comunicación dominantes pueden estar sesgados hacia ciertas agendas políticas o intereses económicos, excluyendo o marginando las voces de grupos minoritarios o comunidades marginadas.


En contraste, el pluralismo busca contrarrestar este sesgo al promover la diversidad y la inclusión en el discurso público. Reconoce que la representación equitativa y la inclusión de todas las perspectivas enriquecen el debate democrático y contribuyen a una sociedad más justa y pluralista. Además, el pluralismo reconoce que la identidad y la experiencia juegan un papel crucial en la formación de opiniones y que es importante dar voz a aquellos cuyas experiencias han sido históricamente subrepresentadas o ignoradas.


En el ámbito del periodismo, el pluralismo implica un compromiso con la diversidad y la inclusión en la cobertura mediática, así como en la composición de los equipos editoriales. Esto puede implicar la búsqueda activa de fuentes y puntos de vista diversos, así como la sensibilización sobre los sesgos implícitos en la cobertura de ciertos temas o comunidades. Además, el pluralismo también puede implicar la defensa de políticas y prácticas que promuevan la igualdad de acceso a los medios de comunicación y la participación equitativa en el discurso público.


En resumen, la teoría del pluralismo aboga por la inclusión y la representación equitativa de las diversas voces y perspectivas en la sociedad y en el discurso público. Es una respuesta crítica a las limitaciones de la teoría del mercado de ideas y busca garantizar que todas las personas, independientemente de su identidad o afiliación, tengan la oportunidad de participar plenamente en la vida democrática.


Teoría democrática deliberativa:

La teoría democrática deliberativa, desarrollada por pensadores como Jürgen Habermas, argumenta que la deliberación pública racional y reflexiva es esencial para una democracia saludable. Defiende un espacio público donde los ciudadanos puedan participar en debates informados y llegar a decisiones políticas mediante el intercambio de argumentos racionales y el respeto mutuo.


La teoría democrática deliberativa, inspirada en gran medida por el trabajo del filósofo alemán Jürgen Habermas, representa una perspectiva profunda sobre la naturaleza y el funcionamiento de la democracia. Esta teoría postula que una democracia saludable no se limita simplemente a la votación periódica, sino que también requiere un proceso continuo de deliberación pública racional y reflexiva entre los ciudadanos.


En el corazón de la teoría democrática deliberativa se encuentra la idea de que la legitimidad política y la toma de decisiones justas dependen de un proceso de discusión y debate público en el que los ciudadanos puedan participar de manera igualitaria y deliberar sobre cuestiones de interés común. Esta deliberación no se limita simplemente a expresar preferencias individuales, sino que implica el intercambio de argumentos racionales y el compromiso con el razonamiento público.


Según esta teoría, un espacio público robusto y bien informado es fundamental para facilitar la deliberación democrática. Esto implica garantizar el acceso igualitario a la información relevante, así como la existencia de instituciones y medios de comunicación que promuevan un debate público abierto y honesto. Además, la teoría democrática deliberativa enfatiza la importancia del respeto mutuo y la inclusión de una amplia gama de perspectivas en el proceso de deliberación.


La teoría democrática deliberativa también destaca la importancia de la argumentación racional y el proceso de justificación en la toma de decisiones políticas. Los ciudadanos no solo deben expresar sus preferencias individuales, sino también estar dispuestos a justificarlas y defenderlas en un debate público. Este enfoque promueve un mayor grado de reflexión y responsabilidad en el proceso de toma de decisiones, ya que los ciudadanos deben estar preparados para cuestionar sus propias creencias y considerar los argumentos de los demás.


En el contexto del periodismo, la teoría democrática deliberativa resalta la importancia de los medios de comunicación como facilitadores del debate público y la deliberación informada. Los medios tienen la responsabilidad de proporcionar una plataforma para el intercambio de ideas y el análisis de problemas políticos y sociales, así como de promover la transparencia y la rendición de cuentas en el gobierno y otras instituciones.


Además, la teoría democrática deliberativa sugiere que los periodistas deben actuar como facilitadores imparciales del debate público, proporcionando información precisa y equilibrada y evitando sesgos partidistas o sensacionalismo. Al hacerlo, contribuyen a fortalecer la esfera pública y a promover una democracia más saludable y participativa.

En resumen, la teoría democrática deliberativa sostiene que una democracia saludable depende del proceso continuo de deliberación pública racional y reflexiva entre los ciudadanos. Esta teoría destaca la importancia de un espacio público robusto, el intercambio de argumentos racionales y el respeto mutuo como fundamentos para una toma de decisiones política legítima y justa.

Cada una de estas teorías ofrece una perspectiva única sobre la libertad de expresión y su papel en la sociedad democrática. En el ámbito del periodismo, estas teorías influyen en la forma en que entendemos la función de los medios de comunicación en la democracia. El periodismo se ve como un vehículo para facilitar el intercambio de ideas, promover la diversidad de opiniones y fomentar la deliberación pública informada. Además, estas teorías nos ayudan a evaluar la calidad y la responsabilidad del periodismo en su contribución al discurso público y al funcionamiento de la democracia.


LECTURA ASOCIADA SEMANA VIII

Cea Egaña, J. L. (1984). Teoría de la Libertad de Expresión. Cuadernos de Información, 1(1). doi:DOI: https://doi.org/10.7764/cdi.1.857 , P.56 a 62




lunes, 22 de abril de 2024

SEPTIMA SEMANA: La relación entre el periodista y sus fuentes.

 


Los periodistas no son testigos de todos los acontecimientos o de los hechos que informan.

Hay sucesos que se producen  sin que haya un periodista que den testimonio directo de lo ocurrido como una sesión parlamentaria, competencia deportiva, conferencia de prensa.

Es necesario que el periodista se informe previamente antes de reportear un hecho y de ser redactado como noticia.

Para ello hay que recurrir a las denominadas FUENTES INFORMATIVAS.

ENTENDEMOS COMO FUENTE INFORMATIVA TODA PERSONA QUE, A TÍTULO PERSONAL O COMO REPRESENTANTE DE UNA ENTIDAD PUBLICA O PRIVADA, TENGA EN SU PODER O CONOZCA DIRECTAMENTE UNA INFORMACIÓN Y QUE SE VEA EN SITUACIÓN DE COMUNICARLA A QUIEN ESTÁ EN POSICIÓN DE BUSCAR DICHA INFORMACIÓN.  NO HAY QUE CONFUNDIR LA FUENTE INFORMATIVA CON EL PROTAGONISTA DEL HECHO NOTICIOSO.


El protagonista del hecho noticioso (por ej, un accidente) se ve envuelto en el hecho, y el hecho puede ser percibido directamente por el periodista o por terceras personas.


Frente al requerimiento de dicha  información, la fuente puede estar: 


  • Obligada jurídicamente entregar dicha información, que es el caso de la mayoría de las llamadas fuentes públicas. 
  • En situación de proporcionar o no la información, dependiendo de su voluntad o de sus intereses, que es el caso de las llamadas fuentes privadas. 
  • Protegida jurídicamente para negarse a proporcionar la información requerida, por ejemplo, amparada por el secreto profesional.

Las fuentes en las rutinas periodísticas

El concepto de relación entre el periodismo y sus fuentes de información se desarrolla de forma especial desde la década de los años 70 donde la empezaron a analizar autores como Tunstall, Tuschman y Fischman, grandes referentes que nos han acompañado a lo largo del recorrido académico de los profesionales de la comunicación. 


Sin embargo, el concepto de fuente informativa hoy en día ha crecido en contenido y sobre todo y más importante ha evolucionado con la incorporación de Internet. 


Sin duda, las nuevas tecnologías nos permiten acceder a una inmensa cantidad de datos de una manera fácil y rápida ya que son muchos los expertos que aportan sus trabajos y los hacen públicos para la consulta libre a través de la red. Además, Internet también nos ofrece la posibilidad de contactar con especialistas de todo el mundo de forma sencilla para consultar o intercambiar opiniones, antes había que ir preguntando y así se iban componiendo las agendas de fuentes de los periodistas, fuentes valiosas que ahora ya se acumulan en las agendas telefónicas de nuestros teléfonos móviles y en el directorio de contactos de nuestros correos electrónicos.



En cualquier medio se dan criterios de valoración de las noticias y las etapas de producción como rutinas periodísticas. La posibilidad de que la construcción de la noticia se organice en una rutina facilita el trabajo y permite enfrentar más eficazmente una información de último momento.


La disponibilidad de fuentes confiables, productivas y accesibles son las condiciones básicas para el desempeño de la tarea periodística. Sin embargo, la relación de los periodistas con las fuentes en una rutina periodística se puede traducir en lealtades complejas y de “contratos” tácitos, tanto por parte del medio como de forma personal con los que alcanzar una supuesta exclusividad en un momento dado. La relación entre el periodista y la fuente está construida sobre la presunta confianza que entre ambos se establezca. Pero un abuso de confianza entre ambas partes puede llevar a la falta de rigor informativo y a caer en el intercambio de informaciones interesadas, provocadas o poco objetivas.


El hecho de que las agendas temáticas de un medio sean habituales provoca recurrir a fuentes productoras de información también habituales, y así los medios se aseguran de tener una continuidad y homogeneidad de los temas tratados. Y es aquí cuando suele olvidarse o dejarse en segundo plano la verificación de las fuentes, pues el trabajo organizado y rutinario, la agenda establecida, además del escaso tiempo del que se dispone, hace que no se contrasten las informaciones adecuadamente y se caiga en una “rutina” de información basada argumentos pobres y, en ocasiones, interesados. Por ello es beneficioso tener una serie de contactos o fuentes habituales de las que servirnos, en ocasiones, para contrastar o consultar posibles informaciones, pero sí es contraproducente una abundante confianza o una estrechez entre un periodista y la fuente.


La TESIS DEL PERRO GUARDIAN 

Habla del rol de la prensa dentro de una sociedad democrática. El periodismo como un actor obligado asumir la función de un watchdog, un animal alerta que ladra cada vez que identifica a un intruso. El periodismo "perroguardián" incluye alertar a otros cuando un problema es detectado (fraudes corporativos, toma de decisiones a nivel gubernamental, defensa del consumidor, etc.). 


La Primera Enmienda (Enmienda I) a la Constitución de los Estados Unidos prohíbe la creación de cualquier ley con respecto al establecimiento oficial de una religión, que impida la práctica libre de la misma, que reduzca la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa, que interfiera con el derecho de reunión pacífica o que prohíba el solicitar una compensación por agravios gubernamentales. Fue adoptada el 15 de diciembre de 1791, como la primera de las diez enmiendas de la Carta de Derechos.

Varios modelos de la teoría de la comunicación han intentado de poner de relieve la estrecha dependencia que se produce entre el periodista y sus fuentes.


Los problemas en la falta de verificación

Ofrecer una información falsa o incompleta puede traer consecuencias no solo para el medio que publica esas informaciones, que puede ver dañada su credibilidad, sino para terceras personas que se vean afectadas por los contenidos que se deriven. Las consecuencias pueden variar y diferir mucho entre sí:


Publicando datos erróneos estamos desinformando a la audiencia, incumpliendo con uno de los valores clave del ejercicio periodístico.

Podemos perjudicar a terceras personas, llegando a vulnerar su derecho al honor, derecho a su intimidad personal y familiar y/o su derecho de imagen, recogidos en la Constitución y las leyes vigente. También es posible caer en injurias cuando la información no está bien contrastada y falta a la verdad de los hechos.

Qué son las fuentes


Es la vida social: los individuos, los grupos sociales y las instituciones tales como el gobierno, la Iglesia, las Universidades, el comercio, la prensa, los tribunales de justicia, los legisladores, los líderes de opinión.

En su dinámica social: son las relaciones sociales de conflicto y cooperación, la conducta y personalidad sociales, las costumbres, hábitos, tradiciones, actitudes y expresiones de los protagonistas de la sociedad.

Las fuentes de información son los abrevaderos de donde el periodista toma la información. Allí se origina la “Noticia”.

No se puede concebir una información sin una fuente pues es su origen y su fundamento.

En ella se apoya, el periodista para afirmar o negar la existencia de la noticia.

De las fuentes se recopilan: documentos; expresiones ( de las personas o voceros); u observaciones sobre actitudes y conductas de las personas, instituciones, grupos, y otros.


Total independencia entre la fuente y el periodista. 

Debiese haber  un distanciamiento natural entre el que produce la noticia y el que informa sobre la misma.


Las fuentes y el periodista cooperan. Fuente y periodista tienen algunos objetivos comunes: uno necesita que una determinada información se publique y otro necesita obtener noticias para satisfacer a sus superiores o para vender más periódicos. En determinadas ocasiones, las fuentes filtran una información que les interesa que aparezca y que los medios no se pueden resistir a publicar.


La fuente es la que prácticamente hace la noticia. Sería el caso de los comunicados oficiales. A partir de la proliferación de los gabinetes de prensa, aumenta la denominada “información convocada” en la que la fuente hace la noticia.

La relación entre el periodista y la fuente informativa en ocasiones puede ser motivo de conflicto; el mantenimiento del secreto profesional es un ejemplo de ello. La Deontología profesional periodística, como orden normativo, intenta regular estas relaciones.


Contrastar , Atribuir y Referir 


Necesidad de contrastar. Para relatar un acontecimiento, los periódicos de calidad y los buenos periodistas no recurren a una sola fuente informativa pues su información puede resultar sesgada, errónea o poco veraz, recurren a distintas fuentes para contrastar las informaciones ofrecidas por unas y otras.El hecho de que las agendas temáticas de un medio sean habituales provoca recurrir a fuentes productoras de información también habituales, y así los medios se aseguran de tener una continuidad y homogeneidad de los temas tratados. Y es aquí cuando suele olvidarse o dejarse en segundo plano la verificación de las fuentes, pues el trabajo organizado y rutinario, la agenda establecida, además del escaso tiempo del que se dispone, hace que no se contrasten las informaciones adecuadamente y se caiga en una “rutina” de información basada argumentos pobres y, en ocasiones, interesados. Por ello es beneficioso tener una serie de contactos o fuentes habituales de las que servirnos, en ocasiones, para contrastar o consultar posibles informaciones, pero sí es contraproducente una abundante confianza o una estrechez entre un periodista y la fuente.


Necesidad de atribuir. Es conveniente que el periodista revele al lector la fuente de la que ha conseguido el dato o el conjunto de informaciones que incluye en su noticia. Eso otorga credibilidad al texto. Tan solo puede ser ocultada intencionadamente en aquellas ocasiones en las que la fuente se niegue a que se revele su identidad o en las que el periodista pueda sospechar que la integridad de la misma peligra en caso de ser difundida. 

En estos casos, el secreto profesional ampara legalmente al periodista para proteger la identidad de sus fuentes.

En ocasiones las fuentes pueden proporcionar información off the record. Datos que se facilitan al periodista para que comprenda mejor determinado acontecimiento pero que expresamente se pone como condición que no sean publicados. En esos casos el periodista debe ser honesto con su fuente y cumplir su voluntad. 

Necesidad de referir. El periodista también puede introducir en la noticia declaraciones realizadas por los protagonistas del acontecimiento. Hay dos fórmulas para ello: la cita directa, en la que se reproducen textualmente las frases más significativas pronunciadas o escritas. Estas siempre irán entrecomilladas o en letra diferenciada para que el lector las identifique claramente. 

La otra opción es la cita indirecta, muy útil para resumir en pocas frases declaraciones largas. Con ellas el periodista ya no reproduce textualmente sino que se limita a sintetizar y explicar lo declarado. La manera de introducirlas suele ser con un "dijo que", "afirmo que", "declaró que". Resulta muy habitual la combinación en la misma noticia de la cita directa y la indirecta.

Ojo con las fuentes

En teoría pareciera que el interés de informar fuese exclusivo del periodista; pero en la realidad es que los actores sociales son los más interesados en opinar y dar a conocer lo que piensan en los medios de comunicación que  son los instrumentos de difusión para conservar, reformar, aclarar, modificar o cambiar la opinión y la imagen de la sociedad en que se vive.

Es a  través de su ideología y tomando en cuenta sus intereses económicos, políticos, sociales como los individuos e instituciones proporcionan información.

Ellos son los más interesados en proporcionar  información a los medios.

Así, la responsabilidad y función de informar es una corresponsabilidad entre fuentes, periodistas y medios  de comunicación.

Cuando saben más que los demás sobre determinado ámbito o materia en particular o son más  diestras que otras en una actividad. Lo que debe ser demostrable.

El buen periodista sabe distinguir  entre una fuente autorizada y la fuente con autoridad. 

La primera es a la legal y administrativamente se le adjudica esa autoridad. Ejemplo: las oficinas de prensa, de RRPP, de Comunicaciones.

No necesariamente una fuente autorizada tienen autoridad. No toda fuente tiene el conocimiento experto para opinar e informar de algo o de alguien.

Una fuente honorable y metódica, además de sabia, puede dar una cierta garantía de que informa con rigor y confiabilidad.


Cada periodista lleva a cabo estas fases con su propio sello, estilo y producirá para los diferentes medios notas informativas, crónicas noticiosas, reportajes, entrevistas o hacer comentarios sobre el quehacer nacional, internacional, político, económico, etc.

El periodista aplica este método de trabajo general con el objetivo determinado de: informar, opinar y explicar.  

Su método de trabajo que no es más que un conjunto de procedimientos, técnicas y herramientas se profundizará según sea el género periodístico en el que se aplique el trabajo periodístico.

Mientras más sistemático y riguroso sea el trabajo periodístico, mejor planeado, organizado y expresado, será más eficiente y la información será más oportuna, veraz, objetiva y sustantiva.

Es recomendable tener una metodología de trabajo, ordenada, sistemática y exigente con la entrega a los demás (puntualidad).


Primero es necesario tener un método de trabajo claro y preciso.

Diálogo abierto y claro con su editor periodístico ( ¿qué me están pidiendo?)

Planeación informativa. Es la capacidad  para avizorar la tendencia de los movimientos de una sociedad. 

Olfato para detectar dónde puede brotar una noticia.

Manejo de las “fuentes”. Conocimiento acabado de ellas. Cada periodista conoce el comportamiento de sus fuentes de información habituales.

Preguntar siempre si se tienen dudas sobre alguna información. Las noticias no son propiedad de nadie.

Tener iniciativa y no quedarse con lo que informa  “la oficina de prensa o el comunicado oficial”.

No olvidar que el periodista es fiel y sensible intérprete de lo que la opinión pública necesita conocer.

No dejarse llevar por la “fuente”  para terminar siendo un periodista partidista o tendencioso. 


Las fuentes en la era digital

https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20201030/4969747102/fuentes-importantes-periodismo.html

Con la eclosión de las redes sociales, los mensajes que se difunden a través de Twitter o Facebook también se han convertido en fuentes de información. El caso más conocido es el del presidente Donald Trump , que se ha acostumbrado a lanzar noticias a través de su perfil de Twitter en lugar de organizar ruedas de prensa o encuentros con los periodistas.

En este caso, la cuenta de Twitter de Trump puede utilizarse para recoger declaraciones directas del presidente, aunque deberían contrastarse para comprobar su veracidad. Pero no todo lo que se publica en esta o cualquier otra red social es información oficial o puede usarse como fuente de información.

En el caso de las redes sociales, los periodistas deben ser incluso más estrictos en la validación de las fuentes y a la hora de contrastar la información.

Una de las mayores reticencias que despierta internet y los medios sociales como fuente de información es la relativa facilidad con la que se pueden falsear datos y suplantar identidades. Millones de personas son ahora capaces de publicar informaciones de cualquier tipo, desde cualquier lugar y sin límites. También pueden hacerse pasar por otras personas, difundir información inexacta o falsa, o fingir que están en un lugar estando en otro. Por esta razón los periodistas deben afinar sus habilidades para desenmascarar aquellas fuentes de información erróneas, ya sean malintencionadas o tan sólo equivocadas.

Las fuentes y el periodista cooperan. Fuente y periodista tienen algunos objetivos comunes: uno necesita que una determinada información se publique y otro necesita obtener noticias para satisfacer a sus superiores o para vender más periódicos. En determinadas ocasiones, las fuentes filtran una información que les interesa que aparezca y que los medios no se pueden resistir a publicar.

La fuente es la que prácticamente hace la noticia. Sería el caso de los comunicados oficiales. A partir de la proliferación de los gabinetes de prensa, aumenta la denominada “información convocada” en la que la fuente hace la noticia.

La relación entre el periodista y la fuente informativa en ocasiones puede ser motivo de conflicto; el mantenimiento del secreto profesional es un ejemplo de ello. La Deontología profesional periodística, como orden normativo, intenta regular estas relaciones.


Clasificación de las fuentes

Según la relación al objeto de conocimiento

La clasificación más extendida de la tipología de fuentes periodísticas es aquella que distingue entre fuentes primarias y fuentes secundarias, donde la diferenciación se basa en la relación con el objeto de conocimiento. Así, fuente primaria es aquella que está informada por su propia participación en el hecho noticiable, como parte participante o como testigo de lo que ha ocurrido.

Por su parte, la fuente secundaria es aquella que interpreta, pone en contacto y analiza las fuentes primarias. Esta clasificación permite distinguir el grado de manipulación al que ha sido sometida la información antes de llegar al periodista y ofrecerse a la audiencia.


Según el origen de la información

Un factor importante es la diferenciación entre la fuente de procedencia de la noticia y las diferentes fuentes que se consultan para la confección de la misma. Así se puede observar fuentes de origen de la información, que son fuentes de las que nace directamente la noticia. Por otro lado están las fuentes complementarias, que son aquellas que sirven para completar y contrastar la noticia.


Según el nivel de acceso

En función a la exclusividad del uso de la fuente se distinguen fuentes exclusivas del medio y fuentes compartidas. Para el medio de comunicación es garantía de reconocimiento el poder ofrecer una información en exclusiva que proviene de una fuente de la que tan solo ese medio puede beneficiarse. A veces no se trata solo de la exclusividad de la información sino de la fuente, que puede tener complementos de valor añadido.


Según la frecuencia de contacto

Otra característica que sirve para clasificar las fuentes es la temporalidad de la relación de la fuente con el medio. Según Mauro Wolf, las fuentes se clasifican en estables o provisionales. Las fuentes estables son aquellas que mantienen relaciones fijas con el medio, como por ejemplo una agencia de noticias. Las fuentes temporales o provisionales son las que se relacionan solo durante un cierto período o lo que dure la cobertura de un tema informativo concreto. Dentro de las fuentes temporales podemos diferenciar entre aquellas que han sido utilizadas una única vez y aquellas a las que, sin llegar a ser permanentes, se recurre más de una vez.

Según su grado de institucionalización

Otro baremo para clasificar las fuentes es aquel que las distingue según su grado de implicación institucional con el ítem informativo. En función de esta variable se distinguen entre fuentes oficiales, aquellas directamente relacionadas con la producción de la información (gobierno, ayuntamiento, asociación, ONG...) y fuentes no oficiales, las que aun teniendo su propio punto de vista o datos que aportar sobre el suceso no están ligados a su origen o carecen de una autoridad reconocida.

Según su identificación

Podemos establecer una categorización en función a la confidencialidad de la fuente: fuentes públicas y fuentes anónimas. Por fuente pública se entiende aquella que puede identificarse y definirse como origen o complemento de la información. Las fuentes anónimas son las que no podemos publicitar y que forzosamente han de quedar ocultas en el proceso de recolección informativa. El uso de las fuentes anónimas puede estar justificado cuando esta prefiere reservar su anonimato para protegerse de eventuales consecuencias negativas.


FORMAS DE RELACION ENTRE EL PERIODISTA Y SUS FUENTES

ON THE RECORD. Todo lo que la fuente y es de interés público dice el periodista lo puede citar. 


NOT FOR ATRIBUTTION

Atribución con reservas: Fuentes que actúan bajo la "regla de la reserva". La fuente no desea ser identificada, es decir, no quiere que aparezca su nombre directamente. Sin embargo, se pueden citar contextos y retransmitir palabras. Ejemplo: "Fuentes próximas al presidente aseguran que


ON DEEP BACKGROUND

Atribución con reserva obligada: Actúa bajo la regla del plagio. Se protege todavía más la privacidad y el anonimato de la fuente. Se oscurece el contexto en el que se ha obtenido la información y e escribe de forma que el periódico parezca haber obtenido los medios por otros medios. Ejemplo: "Este periódico ha podido conocer..."


Por su incidencia en el quehacer profesional observemos estos casos con más detalle. 


La información off the record

OFF THE RECORD 

Atribución de reserva total ("off the record"): Información dada al periodista con la única función de hacerle comprender lo ocurrido. En ningún caso puede publicarse. Es un aporte de datos más para el bagaje de información del periodista.


La actitud de la fuente

La actitud de la fuente puede afectar directamente a la información que se quiera publicar, ya que de la atribución que se dé a los datos conocidos dependerá, en mayor o menor grado, la fiabilidad de la información. Es posible diferenciar varios casos:


Información con atribución directa: el periodista tiene autorización para nombrar la fuente. Esta es la situación ideal porque aumenta la credibilidad y cuenta con un mayor valor informativo.

Información con atribución reservada: es el caso más frecuente. El periodista oculta la identidad de la fuente. Es una fórmula utilizada por las fuentes que ofrecen información “intoxicada”, por lo que será recomendable sospechar de ella y preguntarse por la intención o los intereses de la fuente.

Off the record: el periodista recibe una información confidencial no publicable. Es una información para uso exclusivo de él; sin embargo podrá hacer uso de ella si ha sido verificada por otras fuentes.

Miguel Gónzalez Pino planteaba un caso ilustrativo en un capítulo del libro “La Ética Periodística en el Nuevo Milenio”. En él expone un ejemplo que surgió en Chile tras las declaraciones de un obispo sobre temas políticos y su petición de tomarlo como una información off the record. A pesar de esa petición, un periodista de un diario local publicó la noticia y se abrió un amplio debate sobre esta forma de obtener la información. El director y los compañeros del periódico apoyaron la actuación del periodista, pero el obispo decidió presentar su queja al Consejo de Autorregulación. Finalmente se aceptó la denuncia y un consejo dictaminó el fallo: se había cometido una grave infracción ética y debía ser amonestado. Se consideraron algunos aspectos:

El ejercicio del periodismo se basa en un “contrato” tácito entre el periodista, su medio, los lectores y las fuentes.

El periodista que se haya comprometido a mantener en forma confidencial (“off the record”) hechos, informaciones u opiniones, no debe darlos a conocer ni pública ni privadamente. Esto implica que tampoco podrá compartirlos con persona alguna que pudiera divulgarlos. 

CUAL ES EL PRINCIPIO QUE ESTA AQUI EN JUEGO, QUÉ ES LO QUE EL PERIODISTA PROTEJE

El secreto de fuentes tiene una lógica muy sencilla, según Jonathan Peters del Columbia Journalism Review. Hay muchas personas que tienen acceso a información sobre corrupción, crimen o abuso de poder, que no hablarían públicamente por temor a represalias, pero si lo harían anónimamente por medio de la prensa.[https://www.clarin.com/politica/secreto-fuentes-pala-periodismo-desenterrar-datos-corrupcion_0_mL3jGlzLD.html]

“Así que se desarrollaron privilegios para proteger a los periodistas, ya que hay un interés público en la divulgación de información noticiosa”, dijo Peters. Si el periodista fuera forzado a revelar la identidad de sus fuentes, no tendría más acceso a ese flujo de información sobre las actividades ocultas del poder.

Entonces, los periodistas, al publicar la información, se convierten en los objetivos de los contraataques, y no sus fuentes.

El secreto profesional

Es el reconocimiento del derecho del periodista a no revelar alguna información, o la manera en que ha sido conseguida, para proteger a las fuentes, a sí mismo y a su ejercicio profesional. No significa únicamente que el periodista decida no publicar algunos datos sino que supone la posibilidad de ocultarlos si lo considera necesario. La FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) lo define de la siguiente manera:

El secreto profesional es un derecho del periodista, a la vez que un deber que garantiza la confidencialidad de las fuentes de información. Por tanto, el periodista garantizará el derecho de sus fuentes informativas a permanecer en el anonimato, si así ha sido solicitado. No obstante, tal deber profesional podrá ceder excepcionalmente en el supuesto de que conste fehacientemente que la fuente ha falseado de manera consciente la información o cuando el revelar la fuente sea el único medio para evitar un daño grave e inminente a las personas.

Artículo 10 del Código Deontológico de la FAPE

En el ámbito del periodismo, la polémica acerca de cómo debe ser regulado o hasta qué punto debe ser respetado el secreto profesional ha sido su principal característica. La diversidad de opiniones e intereses al respecto hace que la discusión parezca no tener una solución universal. Desde que el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos fuese aprobado, el derecho al secreto profesional ha constituido una de las reivindicaciones tradicionales de los periodistas, con resultados diferentes en cada país. Ya es reconocido (aunque en distintos grados) por los ordenamientos jurídicos de la mayoría de los países democráticos con un sistema de prensa considerado independiente; no obstante, hay países como Francia, Bélgica, Gran Bretaña y algunos estados de Estados Unidos en donde se niega.


PERO HAY QUE ESTAR ATENTO, NO TODO SECRETO ES SECRETO PROFESIONAL

Es importante señalar que según esta obligación de confidencialidad que contrae el profesional sanitario con su paciente podemos distinguir varios tipos de secretos según las características propias y las circunstancias en las que se enmarque esta confidencia.

Los distintos tipos de secretos profesionales y sus diferencias radican en la forma en la que se compartió o descubrió dicho secreto y en la obligatoriedad o no de guardarlo. Basado en esto, contamos con:

El secreto natural: descubierto por casualidad, por investigación personal o por confidencia, y no puede divulgarse. Aunque no haya una promesa de guardar secreto, se está obligado a callar, en virtud del precepto moral que prohíbe perjudicar a los demás sin ningún motivo de razón.

El secreto prometido: nace de un contrato y de la promesa de guardar silencio después de haber conocido el hecho. Un mismo secreto puede ser a la misma vez natural y prometedor.

El secreto confiado: genera una promesa hecha antes de recibir la confidencia. El secreto pasa a ser estrictamente confidencial o profesional.

Un secreto es aquello que cuidadosamente se mantiene oculto o en reserva.

Las cosas a que se refiere la definición de secreto pueden ser materiales o inmateriales. Aunque, en propiedad, no son las cosas materiales las que constituyen el  secreto, sino que éste está constituido por el "conocimiento" que tales cosas existen y se hallan ocultas.  El secreto también conlleva la  idea de reserva, de ocultación, ignorancia o desconocimiento.

Por último, la palabra "cuidadosamente" supone la idea de una voluntad. Es voluntario en cuanto implica una decisión para mantenerlo o revelarlo. 

El objeto de todo secreto es mantener una cosa oculta, ignorada de todos o por lo menos, por algunas personas.

Los distintos tipos de secretos profesionales y sus diferencias radican en la forma en la que se compartió o descubrió dicho secreto y en la obligatoriedad o no de guardarlo. 

Desde el punto de vista de su naturaleza jurídica , el secreto profesional suele ser abordado y entendido de dos maneras.

El secreto profesional como producto de un contrato bilateral tácito entre el profesional y su cliente. 

El secreto como una institución de derecho público extracontractual. Se trata así de una obligación absoluta, de interés y de orden público que está por encima del interés privado de las partes.

El secreto profesional 

Un secreto es aquello que cuidadosamente se mantiene oculto o en reserva. En el ámbito profesional es el deber u obligación que tienen los miembros de ciertas profesiones (médicos, abogados, psicólogos) de no develar los hechos que han conocido en el ejercicio de su profesión. 

El secreto profesional comporta un compromiso ante todo moral y también legal de no contar a persona alguna, incluso un juez, aquello que fue informado confidencialmente. Dentro de las diferentes formas de secreto (natural, prometido, confiado), encontramos el llamado secreto profesional, es decir el compromiso contraído por el profesional de mantener en reserva el nombre o identidad de la fuente (secreto de la fuente), mantener en reserva lo revelado o informado (“off the record”) o respetar una determinada fecha y hora antes de difundir la información (embargo noticioso). Para los periodistas el secreto profesional constituye un derecho (más del 80% de los códigos deontológicos establecen la necesidad de contar con él), pues aunque en primera instancia, pareciera haber una limitación del derecho de informar (mantener en el anonimato a la fuente o no divulgar todo el contenido de la información), esta reserva le permite realizar su actividad con mayor tranquilidad y libertad, posibilitando el derecho del público a conocer toda la información. 

A nuestro juicio, el objeto moral del secreto, es la salvaguarda de la fuente ante eventuales peligros como atentados contra su integridad física, represalias en contra de su familia, la pérdida del trabajo o incluso la muerte. Esto permite, a su vez, que el periodista pueda tener acceso a cierta información, que de no mediar el secreto no le sería posible obtener. Si bien es cierto, como hemos dicho, el secreto profesional busca resguardar la integridad de la fuente ante eventuales amenazas, peligros o cualquier otra consecuencia negativa. También protege al periodista, quien puede negarse a entregar a otros medios o a un juez el nombre de su fuente, los temas o las circunstancias de la entrevista. Incluso, puede negarse ante el medio para el cual trabaja. Este derecho opera sólo en la medida en que es indispensable para el cumplimiento de su deber. 

A los periodistas no siempre se les ha reconocido esta prerrogativa, aunque en la actualidad la mayoría de los ordenamientos legales lo admiten. En Chile la ley de prensa sólo contempla en su artículo 7º el derecho a la reserva de las fuentes. Allí se establece que “los directores, editores de medios de comunicación social, las personas a quienes se refieren los artículos 5º y 6º y los corresponsales. También es aplicable al sacerdote en el confesionario, conocido como secreto de confesión. En ética se llama objeto (moral) o finis operis a aquello a lo que la acción tiende de suyo y en lo que termina, considerándolo en su relación con la norma moral. Con otras palabras, es el objeto inmediato del acto de la voluntad.

Dario Restrepo

10 pasos para ser un buen periodista

https://www.youtube.com/watch?v=YmjrpOl8kCk


En el ámbito profesional es el deber u obligación que tienen los miembros de ciertas profesiones (médicos, abogados, psicólogos) de no develar los hechos que han conocido en el ejercicio de su profesión. 

El secreto profesional comporta un compromiso ante todo moral y también legal de no contar a persona alguna, incluso un juez, aquello que fue informado confidencialmente. Dentro de las diferentes formas de secreto (natural, prometido, confiado), encontramos el llamado secreto profesional, es decir el compromiso contraído por el profesional de mantener en reserva el nombre o identidad de la fuente (secreto de la fuente), mantener en reserva lo revelado o informado (“off the record”) o respetar una determinada fecha y hora antes de difundir la información (embargo noticioso). 

Para los periodistas el secreto profesional constituye un derecho más del 80% de los códigos deontológicos establecen la necesidad de contar con él), pues aunque en primera instancia, pareciera haber una limitación del derecho de informar (mantener en el anonimato a la fuente o no divulgar todo el contenido de la información), esta reserva le permite realizar su actividad con mayor tranquilidad y libertad, posibilitando el derecho del público a conocer toda la información. A nuestro juicio, el objeto moral76 del secreto, es la salvaguarda de la fuente ante eventuales peligros como atentados contra su integridad física, represalias en contra de su familia, la pérdida del trabajo o incluso la muerte. 

Esto permite, a su vez, que el periodista pueda tener acceso a cierta información, que de no mediar el secreto no le sería posible obtener. Si bien es cierto, como hemos dicho, el secreto profesional busca resguardar la integridad de la fuente ante eventuales amenazas, peligros o cualquier otra consecuencia negativa. También protege al periodista, quien puede negarse a entregar a otros medios o a un juez el nombre de su fuente, los temas o las circunstancias de la entrevista. Incluso, puede negarse ante el medio para el cual trabaja. Este derecho opera sólo en la medida en que es indispensable para el cumplimiento de su deber. 

En ética se llama objeto (moral) o finis operis a aquello a lo que la acción tiende de suyo y en lo que termina, considerándolo en su relación con la norma moral. Con otras palabras, es el objeto inmediato del acto de la voluntad. 

En un lenguaje coloquial sería a lo que “apunta” dicho acto, considerado en si mismo. Acompañan también al acto moral, el finis operantis o intención del agente y las circunstancias que atenúan o agravan la bondad o maldad el acto. 52 extranjeros que ejerzan su actividad en el país, tendrán derecho a mantener reserva sobre su fuente informativa, la que se extenderá a los elementos que obren en su poder y que permitan identificarla y no podrán ser obligados a revelarla ni aun judicialmente”. Esta especie de “secreto” se hizo extensivo “a las personas que, por su oficio o actividad informativa, hayan debido estar necesariamente presentes en el momento de haberse recibido la información” (idem), por ejemplo, camarógrafo, sonidistas, fotógrafos y demás personal técnico. Esta extensión nos parece absolutamente necesaria. La mencionada ley, precisa que este derecho sólo rige para “quienes estén en posesión del respectivo título universitario, reconocido válidamente en Chile, y aquellos a quienes la ley reconoce como tales” (Art. 5º). Respecto del Código Civil no existe una disposición expresa sobre el secreto profesional para los periodistas.

Por su parte, el código de ética de los periodistas chilenos, estipula en su artículo noveno: “El periodista debe citar sus fuentes, pues el lector tiene derecho a conocerlas y así evaluar por sí mismo la calidad de las mismas. Sólo debe silenciarlas si ellas se lo pidieren - previa confirmación de su idoneidad y confiabilidad -, respetando así la confianza otorgada al entregársele antecedentes reservados” y agrega en el artículo décimo: “el periodista que se haya comprometido a mantener en forma confidencial (off the record) hechos, informaciones u opiniones, no debe darlos a conocer ni pública ni privadamente. Esto implica que tampoco podrá compartirlos con persona alguna que pudiera divulgarlos”. Es casi una constatación banal recordar que el periodista no debería presionar, sobornar o chantajear a la fuente para obtener información. Tampoco debe obligarla a que se identifique. Sí puede en cambio, persuadirla de que acceda a identificarse, garantizándole ciertas reservas. Es de gran importancia que el periodista se mantenga fiel a su compromiso. De lo contrario, la fuente perderá la confianza y no seguirá entregando información que puede ser muy valiosa. 

El secreto profesional deriva del derecho a la información, pues supone el derecho de investigar y recolectar información, y a su vez, esto implica el acceso a las fuentes. Esta “abastece” al periodista, quien se compromete a guardar silencio si es que la fuente así lo requiere. Para que el flujo informativo no se rompa, es necesario que ambas partes respeten sus compromisos. Romper el secreto injustificadamente puede ser una gran imprudencia.

Recomendación de lecturas:

https://fundaciongabo.org/es/etica-periodistica/recursos/12-principios-periodisticos-para-la-proteccion-de-las-fuentes-anónimas

https://intelectual.org/aspectos-legales-en-artes-y-medios/etica-legalidad-como-citar-fuentes-correctamente-periodismo/


LECTURA ASOCIADA A ESTA LECCION

Nariño, P. A. (2004). la relación entre los periodistas y sus fuentes. Un abrebocas para la discusión. Obtenido de https://espacioculturayarte.files.wordpress.com/2016/02/la-relacic3b3n-entre-los-periodistas-y-sus-fuentes.pdf




martes, 9 de abril de 2024

SEXTA SEMANA: Objetividad, principios editoriales y cláusula de conciencia

 





Empresa periodística.  Los medios de comunicación son sistemas técnicos utilizados para llevar a cabo cualquier tipo de comunicación. Estos medios pueden ser tanto masivos (dirigidos a las masas) como interpersonales  (facilitan la comunicación entre individuos o grupos).

Los Medios Masivos de Comunicación son aquellos que brindan información o contenidos a las masas.

Los medios de comunicación, son canales de distinta naturaleza que ofrecen información que se pone el alcance del público a través de distintos recursos tecnológicos. Se suelen organizar como empresas. 

La empresa periodística es una organización que se dedica a la producción y difusión de noticias, información y contenidos relacionados con los acontecimientos actuales. Estas empresas operan en el ámbito de los medios de comunicación y desempeñan un papel crucial en la sociedad al proporcionar información veraz y relevante.

Los medios de comunicación, como la prensa escrita, la radio, la televisión e Internet, son los canales a través de los cuales las empresas periodísticas difunden su contenido. Las empresas periodísticas son las responsables de generar, seleccionar y presentar la información que se transmite a través de estos medios. La relación entre las empresas periodísticas y los medios de comunicación es fundamental para garantizar la difusión efectiva de las noticias y la construcción de la imagen corporativa.

La evolución de la empresa periodística muestra al menos dos características: 

1) es un sector de rápido desarrollo y 2) es un sector muy dependiente del cambio tecnológico. 

Se observan algunas tendencias: 1) Hay una tendencia hacia la concentración, ya sea mediante la adquisición de medios de comunicación por parte de grupos financieros, o su traspaso al poder gubernamental y, 2) Hay una tendencia hacia la atomización de los medios (reducción de tamaño de los equipos, reducción de precio de los equipos, reducciones de personal involucrado)


Vamos a observar la primera de ellas con algo más detalle


 Tendencias hacia la concentración

EMPRESA PRIVADA

La  concentración de la propiedad en la empresa informativa se refiere al proceso mediante el cual un número reducido de individuos, organizaciones o grupos controla una parte significativa de los medios de comunicación. Esto puede afectar la diversidad de voces y perspectivas en la información que se difunde y, en última instancia, influir en el pluralismo informativo.

En el contexto de las empresas periodísticas, la concentración de la propiedad puede llevar a un monopolio ideológico, donde una única visión o enfoque prevalece en la cobertura de noticias. Esto puede limitar la libertad de expresión y dificultar que la ciudadanía forme opiniones informadas y plurales sobre los temas de debate público.

La concentración de la propiedad en las empresas informativas es un tema relevante para garantizar la diversidad y el acceso a información veraz en una sociedad democrática.

¿Qué impacto social produce la concentración informativa? 

La concentración de la propiedad en manos de pocas compañías es una realidad en el mundo del periodismo contemporáneo. Para Estados Unidos por ejemplo, 20 empresas dominan 61 millones de periódicos que se venden diariamente, igual número de compañías controlan las 11,000 revistas del país, tres compañías controlan la industria de la televisión, 10 compañías hacen lo propio para las estaciones de radio, 11 compañías controlan las grandes editoriales que producen los libros del país.

Sin embargo, hay que recordar que Estados Unidos tiene leyes contra el monopolio empresarial y obliga a la transparencia a los gobiernos corporativos. Del mismo modo, muchos países han generado leyes que protegen el pluralismo, evitando la propiedad cruzada de los medios. Nadie podría afirmar que -pese a la concentración- Estados Unidos no goza de una prensa pluralista, con infinidad de voces. 

La concentración de la propiedad en los medios de comunicación tiene diversas consecuencias que afectan tanto la diversidad informativa como el acceso a una variedad de voces y perspectivas. A continuación, algunas de las principales consecuencias:

1.Menos Diversidad de Expresiones:

   - Cuanto menos dueños o "gatekeepers" controlen los medios, menor será el número de voces en el sistema.

   - Esto puede resultar en una homogeneización del discurso y limitar la pluralidad de opiniones y enfoques.

2. Filtrado de Información:

   - Los medios pueden no difundir ciertas informaciones que no se alineen con los intereses de sus propietarios.

   - Esto afecta la objetividad y la imparcialidad en la cobertura de noticias.

3. Uniformización de Contenidos:

   - La concentración de propiedad puede llevar a la uniformización de los contenidos en diferentes medios.

   - Esto reduce la variedad de perspectivas y enfoques disponibles para el público.


4. **Exclusión de Competidores Débiles**:

   - Grandes grupos de medios pueden intentar excluir del mercado a competidores más débiles o nuevos actores independientes.

   - Esto afecta la competencia y la diversidad de opciones para los consumidores.


5. **Influencia en el Sistema Político**:

   - La concentración de propiedad otorga mayor influencia en el sistema político.

   - Los medios pueden ejercer presión o favorecer a ciertos actores políticos.

Se estima que la concentración de la propiedad en los medios puede tener efectos significativos en la calidad y diversidad de la información que llega al público, así como en la salud de la democracia y el acceso a una comunicación plural y veraz.

Se le suele asociar con la perdida de credibilidad de la prensa. Así, una prensa concentrada en pocas manos sería una prensa menos creíble. Los críticos de la presencia de capital privado en la prensa (generalmente representativos del meinstream de la izquierda académica frecuente en las escuelas de Periodismo) suelen argumentar con estas ideas. No hay estudios empíricos que la sustenten. 

Una prensa concentrada, sin embargo, es un mejor negocio. Un buen negocio en el periodismo puede hacer frente a las presiones del Estado y su tendencia histórica a limitar la propiedad privada en los medios.


PROPIEDAD PUBLICA

La concentración de la propiedad de los medios de comunicación en manos del Estado o los gobiernos es un fenómeno que puede tener implicaciones significativas en la libertad de prensa, el pluralismo informativo y la diversidad de voces en una sociedad. A continuación, exploraremos algunas de las consecuencias y características de esta concentración:


1. Control Estatal de los Medios

   - Cuando el Estado o el gobierno posee o controla directamente los medios de comunicación, puede influir en la agenda informativa y limitar la independencia editorial.

   - Esto puede llevar a la promoción de una única perspectiva oficial y restringir la diversidad de opiniones.


2. Propaganda y Sesgo Político:

   - Los medios estatales pueden ser utilizados como herramientas de propaganda para promover la ideología del gobierno en el poder.

   - La información puede estar sesgada a favor del partido o líder gobernante.


3. Restricción de la Libertad de Prensa:

   - La concentración de la propiedad en manos del Estado puede dificultar la existencia de medios independientes y críticos.

   - Los periodistas pueden enfrentar presiones para autocensurarse o alinearse con la narrativa oficial.


4.Monopolio de la Información:

   - Cuando el Estado controla la mayoría de los medios, se crea un monopolio de la información.

   - Esto limita la competencia y la diversidad de fuentes de noticias.

La concentración de la propiedad de los medios en manos del Estado o los gobiernos puede afectar la calidad de la información disponible para el público y la salud de la democracia. Es fundamental mantener un equilibrio entre la propiedad estatal y la independencia de los medios para garantizar una sociedad informada y plural.

La tecnología favorece la idea antigua de One Media One Man Newspaper, una pequeña empresa periodística ha sido una constante histórica de nuestra actividad. La tendencia al minifundio informativo suple los vacío dejado por la concentración de grandes medios. La concentración también los afecta. Especialmente aquello de poner en una sola mano la función de redactor, jefe de redacción, diseñador, diagramador, gerente de circulación, director, cajero, etc. La mezcla de intereses periodísticos y comerciales también está presente. 

Cuáles son los deberes éticos de un periodista con su empresa. 

Pertenecer a una empresa informativa es también un asunto de mística. Pero también es un medio para ganar dinero y hacerle un bien a la comunidad. Todos y cada uno de los miembros de la empresa periodística deben tener el sentido de luchar por una misma causa

https://www.rcnradio.com/especiales/la-bomba-contra-el-espectador-30-anos-despues

Cuáles son los fundamentos éticos de la solidaridad del periodista con su empresa .

a. Deber de disponibilidad: el periodista tiene la obligación ética de darle lo mejor de sí mismo a su empresa. Y sólo obliga estar constantemente disponible, con un médico con sus pacientes. 

B. Deber de lealtad. El periodista debe ser leal no su empresa, y también con la dirección y los propietarios deben respetar la entidad intelectual y profesional del periodista. En algunos países los empresarios, gerentes y empleados de empresas periodísticas tienen las mismas responsabilidades éticas que el informador: debilitar todo compromiso que ponga en duda la independencia informativa y medio, de indiferencia con claridad todo el material publicitario informativo

Independencia del periodista. Los periodistas ingleses se negaron a participar en maniobras de desinformación pedidas por el alto mando británico durante la guerra de las Malvinas. Los militares impidieron el acceso de la prensa al frente de batalla. 

La prensa de Estados Unidos se negó a apoyar a las fuerzas armadas norteamericanas cuando invadieron Granada. Ambos casos ponen en evidencia que la independencia frente a los poderes es una actitud fundamental para un buen periodismo. La verdad y la independencia están por encima de todo. La objetividad-independencia es una actitud personal que permite estar más allá de cualquier dependencia o predeterminación Del juicio.

Qué compromiso ponen en duda la independencia informativa. 

La principal es obligar a los periodistas a conseguir avisos comerciales de sus programas. Lo contrato, pero si me consigue aviso. Esto incluye el financiamiento estatal. Consecuencias: A. Se limita la posibilidad de un análisis independiente y libre del acontecer. B. Se pierde la independencia la información. C. Se rompe el equilibrio informativo.

Joseph Pulitzer world de NY Quiera Dios que esta casa sea el hogar de un periódico siempre insatisfecho con la publicación de las noticias, que siempre lucha contra toda forma de mal, que sea siempre independiente. 

En el periodismo independencia es igual a coraje, fortaleza.

Cuáles son las principales dependencias que pueden limitar a un periodista. Éstas dependencias pueden proceder de:  A) organización financiera del medio de comunicación, de sus limitaciones económicas, de sus fuentes de financiación, de medidas restrictivas impuestas por los gobiernos, de la gestión de los editores, de la presión de las audiencias o de la relación de los periodistas con sus fuentes. B) limitaciones externas: cuando quien proporciona el financiamiento: créditos bancarios o contratos de publicidad, pretenden imponer sus condiciones a la empresa misma o a sus productos como estrategia para conseguir sus fines, fines que son distintos a los de los medios de comunicación. 

Pero la relación dinero-independencia tiene distintos significados. Pulitzer: Los diarios deben tener gran circulación, ya que sus noticias y comentarios deben llegar al mayor número posible de personas y, porque la circulación es igual a masa aviso, los avisos significan dinero y el dinero significa independencia. roy howard: ningún diario puede conservar su independencia editorial si deja de ser económicamente independiente. 

Tal como los medios de comunicación deben ordenar sus finanzas para mantener su independencia, el periodista debe organizar su economía personal y familiar de modo que no corra peligro su libertad. La austeridad en el modo de vida es una fuente de independencia para el periodista. Los códigos de ética coinciden en rechazar los regalos, las dádivas, los honorarios no procedentes del trabajo informativo, los premios otorgados por eventuales fuentes informativas, las invitaciones, viajes y obsequios. La empresa periodística tiene responsabilidad de mantener un nivel decoroso en las remuneraciones de sus periodistas con el fin de garantizar su independencia. Su sueldo debiera permitirle vivir sin necesidad de acudir a otras fuentes de ingreso. Los códigos regulan la aparición de periodistas en actividades de publicidad y relaciones públicas

Cómo pueden llegar a ser los gobiernos un límite para la independencia de la prensa. Ningún gobierno acepta ser autor de medidas de control o de censura para la princesa. Siempre le darán razones de interés público para censurar. El informe McBride de 1981 explica que los gobiernos se justifican por razones ideológicas y políticas, económicas y financieras y, Morales.

Aunque los gobiernos defienden en teoría la independencia de los periodistas, en la práctica no encuentran inconveniente y excesiva. El político considera su posición y sus ideas como absolutas; el periodista sabe, que esto es un relato entre muchos. El político necesita el periodista por su capacidad de llegar a las audiencias, pero ojalá que sea permeable a sus ideas. 

El periodista se sitúa frente al político como un actor clave de la vida social. 

James Gordon Bennett: No apoyaremos a ningún partido político ni seremos órgano de fracción o camarilla alguna y tampoco nos importan en absoluto  elección o candidato alguno, desde presidente a alguacil.

El periodista ha de ser  radical en su independencia, especialmente lo que se refiere a posiciones políticas. En América Latina esta relación ha sido equivoca. De allí la dificultad para entender y asumir una independencia total. Países gobernados por políticos de izquierda es complejo el tema porque se promueve la idea de qué son los partidos políticos (en el fondo un Partido Político) lo que orientan a la prensa y el trabajo de los periodistas. 

Lenin: La labor periodística debe de manera indefectible y obligatoria, estar indisolublemente vinculados con otros aspectos de la vida del partido. Un periodista matriculado profesionalmente un partido político pierde independencia. Pero también tenemos un corazón, que puede hacer el periodista para mantener la independencia frente a sus propios sentimientos y opiniones. Los códigos insisten en separar las opiniones personales de la información y rechazan como una práctica contraria a la Ética la presentación de opiniones junto con los datos de una información, sin diferenciación alguna. 

Walter Cronkite: no hay un solo hombre que pueda verdaderamente decir que no guarda en su pecho prejuicios, parcialidades y fuerte sentimiento de pro o en contra de alguno, sino de todos los temas del día. Y, sin embargo, constituye la marca distintiva del periodista profesional estar capacitado para dejar a un lado sus opiniones personales al informar sobre los sucesos de cada día.

En qué forma influye la independencia del periodista en su relación con las fuentes de información. Código de ética coinciden en que el periodista de ir adoptar una posición crítica frente a las fuentes, confrontarlas y comprobar sus afirmaciones. Debe ético de mantenerse independiente de las fuentes. Autoridad de la fuente no exime al periodista de la tarea de comprobar los datos que recibe. El periodista ha de ser leal con el público más que con sus fuentes. La lealtad y con la verdad, no necesariamente con la fuente.

Desde el punto de vista ético esta realidad implica nuevas relaciones entre periodistas y sus empresas. La evolución a la concentración de los medios de comunicación han llevado, por ejemplo, a una menor diferenciación entre sectores que han estado tradicionalmente separados: la parte comercial y la parte periodística, que ahora parecen más entre mezclados e Interdependientes Este cambio provocaría una omisión de noticias que afectan a las empresas del grupo dueño de los medios de comunicación, la tendencia de entrevistar a personalidades afines y un aumento de separata comerciales o productos publicitarios que se mezclan con noticias. 

El periodista (codificador-mediador-canalizador) es un operador semántico que actúa como un agente al servicio del publico, para seleccionar y transmitir no-intencionalmente mensajes que están normalmente fuera del alcance del sujeto colectivo para quien trabaja. 

Para que haya noticia periodística, el primer requisito es que unos emisores-codificadores seleccionen y difundan determinados relatos para hacerlos llegar a unos sujetos receptores, que aguardan dichos mensajes con la esperanza de hallar en ellos una satisfacción inmediata o diferida de sus necesidades informativas, mediante la cual consiguen elaborar un cuadro de referencias personales validas para entender el contexto existencial en que viven.

“En un principio la noticia periodística se definió como la comunicación a un público interesado de un hecho que acababa de producirse o de  anunciarse a través de unos medios de comunicación masivos. 

El conocimiento de noticias debía ser el reflejo de una realidad que tenía  que describirse, explicarse e interpretarse a los receptores para que pudiera formarse la   opinión pública... 

Los medios no tardaron en recibir críticas al considerar que ofrecían una realidad parcial o deformada que no se limitaba a ser un mero reflejo de lo que ocurría.   Fueron acusados de falsear la realidad y de ofrecer interpretaciones erróneas” (Mar de Fontcuberta).

El sentido de la verdad en el periodismo

Afirmar, hoy en día, que el periodista se debe guiar por la verdad no es una obviedad, habida cuenta de algunas tendencias periodísticas actuales. Ya no se habla tanto de la verdad objetiva como paradigma a seguir en el periodismo, sino, de la “sinceridad subjetiva 

con la menor carga posible de responsabilidad” (Blázquez). Ya no se trata de informar de acuerdo a la “realidad”, sino de “crearla”, “ construirla” de acuerdo a los intereses y gustos del público. Ya no interesa tanto que la noticia sea verdadera, sino que sea interesante,  “golpeadora”, conmovedora. Para estas tendencias, la verdad informativa no es la adecuación entre lo visto y lo comunicado, sino la “realidad” que el propio medio fabrica y transmite como  una obra exclusiva suya.

A la mentalidad “post-modernista” -llevada a la información- no le preocupa si la noticia es verdadera o falsa, sino si se está de acuerdo o en desacuerdo con ella. Así ni los actos humanos ni las personas son susceptibles de un juicio ético. Sólo gusta o no gusta. 

El respeto a la verdad es uno de los principios más nombrados en los códigos deontológicos. El periodista colombiano Javier Darío Restrepo dice:  los periodistas son por antonomasia “los profesionales de la verdad”. Sin embargo, en la práctica no siempre se advierte tal compromiso.

Por el contrario, se observa una pérdida del sentido de la verdad (informativa), es decir, aquella “compuesta” por la verdad gnoseológica (adecuación entre la inteligencia y la cosa) y la verdad moral (adecuación entre lo pensado y lo comunicado). En consecuencia, la verdad informativa debe entenderse como la adecuación entre lo visto, conocido o investigado y lo comunicado o difundido a través de los mcs. En este sentido, es una verdad “segunda”, por cuanto la adecuación del entendimiento no es con la realidad, sino con un conocimiento previo a ella, o sea, con el mensaje previamente adecuado a la realidad por el periodista. La verdad periodística es, entonces, una cierta adecuación que alcanza el periodista (emisor) al conocer la realidad y que comunica con objetividad al público (receptor). En este contexto la información emerge como una verdad compartida, que se hace común por comunicación.

La verdad informativa responde, además, al sentido etimológico de la expresión, que proviene del griego aletheiea y significa “descubrimiento”, “develamiento”, en el sentido de descubrir lo que está más allá de lo aparente. Esta expresión pasa al latín como veritas, apuntando a la idea de “adecuación con”, “rectitud”, “concordancia”.

Para que la verdad informativa se lleve a la práctica, se requiere de ciertas virtudes del informador, como la veracidad (que es una cualidad del sujeto que lo dispone positivamente a decir la verdad), es decir, aquella disposición positiva del periodista a transmitir siempre, lo más fielmente posible, la verdad y, por lo tanto, no se debe confundir con la “verdad de los hechos”. 

Admitimos que conocer la verdad de los hechos no es fácil, pero tampoco imposible. El periodista puede, aunque con esfuerzo, conocerla con bastante exactitud. Nos parece importante destacar este punto, pues al interior del mundo periodístico hay diferentes actitudes respecto de ella. 

La actitud escéptica, por ejemplo, que encuentra asidero en la década de los 50 y 60 con el llamado periodismo “underground” y “nuevo periodismo”, especialmente en EE.UU., quienes postulan que la verdad es imposible de conocer. Ante esto, sólo queda refugiarse en el mundo de lo aparente o de la ficción, que es más eficaz que la verdad. Aquí encontramos fórmulas pseudoperiodísticas que proponen la ficción como remedio para una realidad que es incognoscible. En este ámbito, literatura y periodismo se confunden, perdiendo con ello sus respectivas fronteras. Desde esta perspectiva se produce la paradoja de que el periodista inventa para decir la “verdad”.

Emblemático es el ya clásico caso de la periodista Jeanette Cook, periodista del Washington Post, que recibió el premio Pulitzer en 1981 por su reportaje Jimmis’s World., Cook inventó la historia de un niño llamado Jimmi, de ocho años de edad, adicto a la heroína y maltratado por sus padres.

En este contexto, hacer periodismo es interpretar la realidad. 

LINEA EDITORIAL Y LA CLAUSULA DE CONCIENCIA

¿Qué pasa si entra en colisión la objetividad del periodista con la línea editorial de la empresa informativa?

Partamos por el principio. Una empresa informativa es una organización cuya función principal es recolectar, procesar y distribuir información a través de diversos medios de comunicación, ya sean impresos, audiovisuales o digitales. Esta información puede ser de interés general o especializado y puede abarcar distintos ámbitos, como la política, la economía, la cultura, el deporte, entre otros.

Las empresas informativas pueden tener diferentes formas, desde grandes conglomerados multimedia que abarcan distintos medios de comunicación y territorios, hasta pequeñas publicaciones independientes que se enfocan en temas específicos o regiones particulares. En este sentido, existen medios que se dedican exclusivamente a la prensa escrita, otros que se enfocan en la televisión o la radio, y otros que han adoptado un modelo multimedia que incluye plataformas digitales.

Además de la recolección, procesamiento y distribución de información, las empresas informativas también pueden llevar a cabo otras actividades relacionadas con el periodismo, como la investigación, el análisis, la opinión y el entretenimiento. Asimismo, estas organizaciones también pueden contar con diferentes áreas, como la redacción, la edición, la producción, el diseño, la fotografía, la publicidad y el marketing, entre otras.

En la actualidad, las empresas informativas enfrentan grandes desafíos debido a la transformación digital y los cambios en los hábitos de consumo de información. Los medios tradicionales se han visto obligados a adaptarse a las nuevas tecnologías y plataformas digitales para llegar a un público cada vez más diverso y exigente. En este contexto, las empresas informativas han tenido que replantear su modelo de negocio y buscar nuevas fuentes de financiamiento para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

La historia del periodismo señala una tendencia clara a considerar la publicación de periódicos como un negocio. Antiguamente se necesitaba muy poco para publicar un diario


1835 James Gordon Bennett, Herald de NY 

500 dólares. 2 sillas y un cajón

1841 Horace Greeley. Tribune 

1000 dólares

1851 Henry Reymond, NY Times

100 mil dólares


Hoy día cualquiera puede publicar un diario, siempre que disponga del capital necesario.


La historia del periodismo muestra también que la publicación de diarios ha seguido la tendencia de crecimiento de la industria moderna. 


IMPRENTA TRADICIONAL——´PEQUEÑA SOCIEDAD EDITORIAL—GRAN SOCIEDAD ANÓNIMA


La naturaleza misma de la empresa periodística demanda una organización muy compleja, pero que necesita, al menos dos lados: el editorial y el administrativo.

Aunque no existe una forma única de organizar una empresa periodística todos los periódicos grandes y pequeños tienen seis divisiones generales

1ejecutiva, maneja la administración general de la compañía editora. Suele consistir en una junta directiva, un presidente-editor o un propietario-director . 

2 editorial, se encarga de redactar el periódico, se preocupa de proporcionar el material escrito y gráfico . 

3 administrativa:Obtiene el dinero que las otras divisiones gastan, controla la circulación la promoción y la venta de un periódico.

4 mecánica, maneja la composición material del periódico, imprentas rotativas etc. 

5 auditoría, se encarga de la contabilidad facturas, créditos, contratos etc. 

6. Sector servicios, desarrolla cuatro funciones principales, limpieza, garajes, almacén y entrega del periódico.

CONCEPTO Y CONTENIDO DE LOS PRINCIPIOS EDITORIALES
La multiplicidad de términos y conceptos utilizados para referirse a los elementos que constituyen la esencia de la mismidad de la empresa informativa dan prueba de la dificultad para aprehender dicha realidad. 

Los principios editoriales de una empresa informativa son un conjunto de directrices éticas y deontológicas que establecen las normas y valores que rigen la labor periodística en una organización. Estos principios guían la selección, producción y difusión de noticias y contenidos periodísticos, y son esenciales para garantizar la calidad y la veracidad de la información que se difunde.

Los principios editoriales suelen incluir aspectos como la búsqueda de la verdad, la objetividad, la imparcialidad, la independencia y el respeto a los derechos humanos y los valores democráticos. También pueden establecer normas específicas en relación con la selección de fuentes, la verificación de los hechos, la corrección de errores y la protección de la privacidad y la dignidad de las personas.

Además de estos valores y normas éticas, los principios editoriales también pueden incluir directrices sobre la estructura organizativa de la empresa informativa, la gestión de recursos humanos y financieros, la relación con los lectores y la sociedad en general, y la participación en debates públicos y políticos.

En definitiva, los principios editoriales de una empresa informativa son fundamentales para garantizar la calidad y la veracidad de la información que se difunde, y para mantener la confianza y el respeto de los lectores y la sociedad en general. Además, estos principios son esenciales para garantizar la integridad y la dignidad de los periodistas, así como su capacidad para ejercer su labor con independencia y responsabilidad social.

Principios ideológicos; línea editorial; idea empresarial; contenido informativo de la publicación; orientación y formas de pensamiento; razón de ser; identidad del contenido editorial; principios generales inspiradores; fines ideológicos; línea
de pensamiento, son los conceptos más utilizados en la actualidad.

Sea cual fuere la terminología elegida, existe también una evidente dificultad para aproximarse a la definición del concepto y sus contenidos, hasta el punto de que hallar una definición generalmente aceptada para esta idea es todavía una de las tareas pendientes en la investigación especializada.

En términos generales, la definición varía dependiendo del objeto de observación.
Si atendemos principalmente al medio, esto es, al soporte instrumental que permite a la empresa cumplir su finalidad de difusión informativa, los principios editoriales pueden definirse como aquellos principios que afectan a la configuración del producto informativo. 

Los principios editoriales de una empresa informativa se enfocan principalmente en la ética y la deontología del periodismo, estableciendo normas y valores que guían la selección, producción y difusión de noticias y contenidos periodísticos. Estos principios se enfocan en garantizar la calidad y veracidad de la información que se difunde, así como en mantener la confianza y el respeto de los lectores y la sociedad en general.

Por otro lado, los principios ideológicos de una empresa informativa se enfocan en la orientación política, social y cultural que adopta la empresa en su labor periodística. Estos principios se enfocan en establecer la línea editorial de la empresa, definiendo sus posturas políticas, ideológicas y culturales.

Es posible que los principios editoriales y los principios ideológicos de una empresa informativa estén relacionados o incluso que se solapen en algunos aspectos, pero no son equivalentes. La línea editorial de una empresa puede influir en la selección y enfoque de las noticias que se publican, pero los principios editoriales deben prevalecer sobre los principios ideológicos en lo que se refiere a la ética y la deontología periodística. Es importante que una empresa informativa mantenga una clara separación entre sus principios editoriales y sus principios ideológicos para garantizar la calidad e integridad de su labor periodística

De manera más concreta, Hugo Aznar los define de la siguiente manera: «Conjunto de principios formulados explícitamente por la empresa y destinado a inspirar la filosofía, el planteamiento y los objetivos generales del medio que promueve, así como a orientar en cierta medida sus pautas de funcionamiento cotidianas» 

Si nos despegamos del producto para elevar la observación al conjunto de la empresa, los principios editoriales pueden ser denominados «principios configuradores», concepto acuñado por Nieto e Iglesias y que abarca una realidad más amplia que la del medio de comunicación, para abarcar y proyectarse sobre la totalidad de la organización empresarial. 

Los principios configuradores son definidos por estos autores como «el conjunto de conocimientos determinados que inspiran los contenidos informativos y fundamentan la estructura y actividad empresarial»


Francisco Iglesias, por su parte, aporta una definición que aproxima las dos visiones expuestas al incluir en la misma tanto al medio de comunicación como a la empresa informativa responsable del mismo: «El ideario de un medio de comunicación, o conjunto de ideas y pensamientos principales que resumen su razón de ser, puede tener

una ajustada expresión en lo que también se conoce como principios editoriales o principios configuradores. En estos casos, la palabra principios se refiere al origen y fundamento intelectual de la empresa; el término editoriales significa que esos principios no permanecen

inéditos u ocultos sino que se hacen públicos y se dan a conocer; el vocablo configuradores expresa, por su parte, la capacidad de dar figura peculiar a la empresa, aportando unidad y distinguiéndola de otras».


¿A quién corresponde formular los principios editoriales? Sin lugar a dudas, al empresario de la información esto es, a la persona física o jurídica titular de la empresa, cuya primera decisión y facultad debe ser precisamente ésta de definir los elementos identificadores, la razón de ser de su proyecto empresarial. Es la tarea esencial y primera del empresario de la información, como señalan Nieto e Iglesias:


«La experiencia enseña, con implacable constancia, que si la primera decisión del promotor no es concretar las ideas que servirán de cimiento a toda la tarea de difusión informativa, la empresa nace deforme. 

El mayor riesgo de la empresa es la incertidumbre sobre qué se quiere difundir y a quién se quiere hacer llegar» 


Ahora bien, los principios así formulados sólo pueden convertirse en realidad viva y vivificadora de la empresa y del medio de comunicación en la medida en que son asumidos por los profesionales que trabajan en el mismo



LA SINGULARIDAD DE LA EMPRESA INFORMATIVA

¿Qué clase de empresa es la empresa informativa? ¿Es diferente de cualquier otro tipo de empresa? ¿Deben exigírsele condiciones especiales en su actividad, organización o finalidad? De manera muy general, pueden señalarse cuatro rasgos claramente distintivos de las empresas informativas

En primer lugar, la empresa informativa se diferencia de cualquier otra Por el hecho de que el producto que se genera de su actividad es un bien de extraordinaria relevancia social en cuanto que es objeto de un derecho humano fundamental, el derecho a la información, que nuestra Constitución reconoce.

EL TRABAJO DE LOS PERIODISTAS

Además de por la naturaleza de su producto, la especificidad de la empresa informativa radica también en la naturaleza del trabajo intelectual mediante el cual se genera dicho producto, un proceso de producción que podríamos calificar de «mentefactura» por oposición a «manufactura» , que exige por parte de la organización empresarial en la que se integran los profesionales que desarrollan dicho trabajo, el reconocimiento y respeto de su independencia y autonomía en el desempeño de sus funciones profesionales.

 Esta independencia viene requerida y se justifica precisamente por la labor de intermediación del periodista con el sujeto titular del derecho a la información, esto es, cada persona individual, cada ciudadano susceptible de recibir libremente la información generada igualmente en un contexto de libertad de investigación y difusión. La independencia del periodista es, por tanto, una característica identificativa de su actividad y, en consecuencia, un derecho que los profesionales deben exigir no sólo frente a los poderes públicos sino también ante La empresa. Esta exigencia cobra una importancia mayor cada día en la medida En que crecen también las presiones sobre los profesionales, provenientes Fundamentalmente del ámbito de las propias empresas y sus propietarios y de la dinámica de un mercado que tiende a fagocitar y sacrificar la calidad informativa en el altar de la maximización de audiencias, la reducción de costes y la optimización de los beneficios empresariales.


LIBERTAD DE EMPRESA

En tercer lugar, la vinculación directa entre el producto de la actividad periodística y el sistema de libertades públicas sobre el que se sostiene y al que a su vez da sustento, exige libertad empresarial y de mercado, esto es, un entorno abierto en el que la actividad del empresario de la información pueda desarrollarse de manera igualmente libre. En palabras de Alfonso Nieto, «no habrá libertad de prensa allí donde no haya libertad de empresa periodística» , presupuesto que implica por una parte la libertad de creación de empresas periodísticas y por otra la libertad de elección de la forma jurídica que desee adoptar la empresa, sin que pueda existir verdadera libertad de empresa si se establecen limitaciones a alguna de ambas condiciones. Abundando en lo anterior, el reconocimiento de las características diferenciadoras de la empresa informativa o empresa de comunicación, evidenciadas más arriba, abre el debate en torno a si a este tipo de empresas corres-ponde un estatuto igualmente difernciado o si por el contrario deben estar sometidas al derecho común de todas las empresas.


D) DOBLE FINALIDAD

Finalmente y como consecuencia de todo lo anterior, la empresa informativa no tiene como finalidad única la obtención de beneficios, sino también la difusión de información, de manera que su misión última, la finalidad de su actividad sólo se cumple en la medida en que ambos fines coexisten de manera indisociada. «El dilema no es información o beneficios —explica Carlos Soria—. El verdadero problema de las empresas informativas, su talón de Aquiles, el desafío planteado a empresarios y periodistas, es éste: información, sí; beneficios, también»

Los principios editoriales

En el primero de los libros de Nieto Tamargo, El concepto de empresa periodística3, que constituye un jalón intelectual en el camino por él abierto para conceptualizar científicamente la empresa de prensa, después de referirse al objeto de la empresa (y antes de estudiar en el mismo capítulo los elementos personales, los medios económicos y las relaciones comerciales), abre un epígrafe con el título principios editoriales. Pone ahí estos principios en estrecha relación con la finalidad,no indeterminada, sino concreta, que persiga una empresa periodística (Nieto, 1967). El promotor que inicia la organización de su idea empresarial (habla Nieto en ese momento de promotor más que de empresario) tiene como primera tarea "la determinación de los principios ideológicos que presidirán el contenido informativo de la publicación que pretende editar". Esas "orientaciones y formas de pensamiento" serán las que precisamente cualifiquen a la publicación. Con otras palabras, lo que el promotor de la empresa debe concretar es "la razón de ser" del periódico o de la revista, es decir, lo que se puede denominar también "línea editorial".


Lo que quiere decir, y dice, es que la adhesión del lector viene determinada por su identificación con la línea editorial y el contenido

de la publicación, y que este contenido tendrá un mayor asentimiento de la colectividad en

tanto en cuanto esté más próximo a la idea de libertad e independencia.

Deja apuntadas el autor finalmente, en ese breve texto que estamos comentando, dos ideas

que son reflejo de su pasión por la libertad, y que volveremos a encontrar en sus escritos posteriores.

La primera: que los principios editoriales deben ser propuestos, no impuestos por el promotor; la segunda –que considera, además, un principio fundamental en la empresa de prensa– es que, tras la libre aceptación, los principios editoriales deben ser compartidos por las personas que trabajan en la redacción4. En ese sentido tienen los periodistas una especial posición en la empresa periodística: "los equipos de personas que componen la redacción materializan la idea de edición identificándose con el promotor o empresario en la realización de esta tarea" (Nieto, 1967: 76).

Poco más dice sobre los principios editoriales en este su primer libro. Pero de lo que dice cabe deducir:


A. La importancia y trascendencia, no sólo intelectual, sino también operativa y práctica de los principios editoriales en la empresa periodística.


B. La finalidad de la empresa periodística es la difusión de informaciones e ideas; la publicación La finalidad de la empresa periodística es la difusión de informaciones e ideas; la publicación –periódico o revista– es medio instrumental para esa difusión.


C. Por el objeto específico de aquel libro inicial y su contexto, es lógico que Alfonso Nieto se refiera entonces sólo, y en concreto, a la empresa de prensa y, dentro de ella, especialmente al producto periodístico: periódico o revista. Más adelante tendremos ocasión de estudiar en qué momento y circunstancias, aquel planteamiento germinal se desarrolla y plasma ya no sólo con relación a la empresa de prensa sino para la empresa informativa en general, y no sólo en el ámbito más reducido del producto periodístico sino también en otros decisivos campos y aspectos de la empresa de comunicación.

La cláusula de conciencia

Como es conocido, la doctrina de la cláusula de conciencia suele mantener que el objeto de ésta es defender y garantizar la libertad de espíritu y la independencia de los informadores, con base en la eminente dignidad y relevancia social de la profesión informativa. Nieto estudia en aquellas páginas la naturaleza de la profesión de informador y el estado doctrinal y legal de la cláusula de conciencia, y se detiene especialmente en el caso francés: "aunque ya existían precedentes en la legislación italiana, sin embargo la doctrina es unánime en atribuir a Francia el mérito de recoger en texto legal el conjunto de derechos a favor del periodista conocidos con el nombre de ‘cláusula de conciencia’" (Nieto, 1977: 193).

Los principios editoriales, cauce para la libertad informativa

Lejos de limitar o coartar la libertad del informador, los principios editoriales encauzan esa libertad,al tiempo que facilitan la coherencia entre las tareas de informar y los fines de la empresa.


La línea editorial raras veces se encuentra en un texto que una junta aprueba y que se conserva en alguna caja fuerte como la fórmula secreta de algún producto.


C o n c e p t o

Se llama línea editorial de un medio, A la orientación permanente de sus publicaciones: intencionalidad de sus editoriales, selección de sus columnistas, personajes que se entrevistan o que se silencian, hechos que se destacan o que se omiten, enfoque habitual de las noticias. Para descubrir esa línea editorial, como para conocer el carácter de una persona, es necesario un seguimiento crítico de sus ediciones o emisiones y de sus reacciones frente a los hechos. Si se trata de adoptar una línea editorial, los responsables del medio de comunicación deberán responderse sobre su intencionalidad: ¿quieren un medio dedicado al deporte? ¿A las noticias? ¿Al entretenimiento? ¿A la cultura? ¿a la política? ¿A la economía? ¿A la religión? ¿A la farándula?


Definido el objetivo central y preferente, deberá resolverse el de los medios para obtener y presentar los materiales. Es lo que suelen presentar los medios en sus manuales de estilo que son la expresión de la línea editorial del medio.


Desde el unto de vista ético la definición editorial de un medio resuelve de antemano los dilemas éticos que genera una agenda difusa o indefinida. Una agenda definida es una toma de posición, implica una decisión ética y unas reglas de juego claras, susceptibles de acuerdos o desacuerdos, de examen y de discusión.


EL INFORMADOR NO ES UN EMISOR QUE CON ABSOLUTA AUTONOMIA EMPRESARIAL  COMUNICA SUS IDEAS Y NOTICIAS AL SUJETO UNIVERSAL DE LA INFORMACIÓN .  EN EL PROCESO EMPRESARIAL EL PERIODISTA INFORMA DE ACUERDO  CON LOS PRINCIPIOS EDITORIALES DE LA PRENSA –LIBREMENTE PACTADOS Y ACEPTADOS- ENTRE EL PERIODISTA Y LA EMPRESA EN LA QUE LABORA.


El medio de comunicación es una empresa que, necesariamente, tiene una tendencia ideológica. Esta línea editorial puede ser cualquiera que el empresario quiera darle, sin perjuicio de las limitaciones que imponga la legislación, por ejemplo en Chile, la Constitución Política garantiza a todas las personas en su artículo 19 número 16 la libertad para desarrollar cualquier actividad económica, que no sea contraria a los supuestos que la norma contempla, como son aquellos casos en que la empresa y sus fines sean contrarios a la moral, a la seguridad o la salubridad públicas, o que lo exija el interés nacional , de este modo, el empresario podrá establecer la línea editorial o los principios editoriales, que serán base de toda su actividad empresarial, dentro de este amplio margen que establece la propia Constitución.


Al estar el profesional de la información vinculado a la empresa por un contrato de trabajo, no actúa éste de manera absolutamente libre e independiente dentro de la misma, sino que debe hacerlo de manera coherente y armónica con los principios que ella sigue. La empresa informativa es una “entidad integradora, en donde el profesional tiene un compromiso cierto de integración” (Bel, Corredoira y Cousida, 1992, pp. 263), esto se justifica plenamente si se tiene en mente que los mencionados principios editoriales los ha fijado la empresa con anterioridad a la contratación del periodista; la línea editorial es previa y claramente definida, parece imposible que, al contratar con ella, el profesional ignore el compromiso ideológico que deberá mantener en su labor. De esta manera, debe suponerse que el profesional acepta estos principios y, es más, se identifica con ellos, porque de no hacerlo deberá entenderse que por propia voluntad traiciona su conciencia y, en esta situación, no podría operar la cláusula de conciencia. El grado de identificación con estos principios es de difícil determinación y de suyo un tema de gran 

extensión, a modo de síntesis y siguiendo al profesor Nieto Tamargo , se propone que el grado de identificación debe no solo ser de absoluta imparcialidad, porque de lo contrario se trataría de un fraude social respecto de los destinatarios de la información. 


Toda empresa tiene una función o un rol que cumplir. De hecho, los teóricos le llaman “misión” al objetivo que justifica la existencia de la misma. Hay un sentido innato del lucro, en el cual se busca obtener un beneficio en función de una inversión original. En otro tipo de rubros, ello quedo mucho mas claro. Dentro de su razón de ser está el de obtener dinero a través de la venta de algún producto o servicio. Las organizaciones sociales, también definidas como empresas, escapan un poco de ello, ya que lo buscado puede muchas veces estar más cerca de la razón de ser de las organizaciones sociales. Las empresas periodísticas pueden estar un poco en cada uno de estos estamentos. Un medio puede buscar un rédito desde el punto de vista contable, pero también puede ser un buen “negocio” aunque los egresos superen a los ingresos. Esto se explica fácilmente cuando la intención es la de transmitir una ideología (aunque esta sea de ecología o política) y el beneficio está solo en generar un cambio en la sociedad. Esto explica que el periodismo sea la mas política de las profesiones. Durante siglos, el periodista y el político iban permanentemente asociados. De hecho, la profesión dominante entre los dirigentes del siglo XIX era esa profesión, la que en los tiempos actuales ocupa el abogado (debido a la judicialización del manejo de lo público). Esto pone en crisis el de pretender que el periodismo independiente sea una realidad. Podemos hablar de profesionales o empresas autónomas, pero no necesariamente (y de hecho no lo son) de independencia. Siempre existe dependencia de una subjetividad, ya que en la información la neutralidad u objetividad es una pretensión pero no una realidad concreta. 



http://www.komunicacion.com.ar/CdeCO_Unidad_6_LaEmpresaPeriodistica.pdf


La cláusula de conciencia puede sin duda ser encasillada como un supuesto de objeción de

conciencia, en específico, como una objeción laboral. El que se trate de un deber jurídicoprivado, representado por la relación laboral, por el contrato de trabajo entre el periodista y la empresa, es equivalente de todas maneras al deber jurídico objetable, es decir, el deber emanado de la relación contractual es el deber jurídico objetable. Esta objeción consiste en que por motivos morales, es decir, de conciencia, no otros, el periodista se opone al cumplimiento de un deber contractual, el informador se niega a informar de acuerdo con una ideología contraria a sus principios, a sus convicciones, ante este panorama, tiene 2 opciones:

• se niega a informar, o lo hace según sus convicciones, las que por ser contrarias o diferentes a las del medio de comunicación no son publicadas o son modificadas, o; • solicita la rescisión del contrato con la empresa.


Anguita Ramírez, Pedro. El Derecho a la información en Chile. Análisis de la Ley 19.733 sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo. (Ley de Prensa). Lexisnexis, Chile. 1era edición enero 2005, pp. 276. 


cifuentes Correa, N. M. A. (2008). La Cláusula de Conciencia Periodística en Chile. (Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales), Universidad Austral de Chile, Valdivia. Retrieved from https://bibliotecadigital.indh.cl/bitstream/handle/123456789/824/Tesis-2014.pdf?sequence=1&isAllowed=y#:~:text=Se%20ha%20se%C3%B1alado%2C%20en%20el,(Roca%2C%201993%2C%20pp. 


OCTAVA SEMANA. Libertad de Expresión

  Libertad de Expresión Los lazos entre los regímenes políticos característicos y los sistemas de medios son innegables.  Tal como consignar...